Esta magnifica obra pintada por Miguel Angel se encuentra representada en el ábside de la Capilla Sixtina y fue realizada 25 años después que la misma obra del propio artista en el techo de la capilla donde estaban representadas diferentes escenas del Antiguo Testamento.
El esquema de representación sigue la forma tradicional de representar el Juicio Final, acorde con las ideas que nuestro artista había aprendido en Florencia, su lugar de formación antes de trasladarse a Roma para desarrollar su trabajo.
Así por ejemplo la figura de Cristo se encuentra en la parte central, con una posición de la mano derecha que se encuentra entre la bendición y la amenaza, ya que de forma muy agresiva levanta el brazo como si fuera a golpear a quien se encuentre debajo. La mano izquierda tiene una actitud de llevarla a la herida del costado, para mostrarla a todo el mundo y así demostrar que es realmente el mismo Cristo el que llega para juzgar a vivos y muertos. Esta actitud se repite por ejemplo en el Juicio Final del cascarón del ábside de la Catedral Vieja de Salamanca donde Nicolas Delli, de origen florentino, pintó un Cristo igual con la misma posición, aunque exagerando un poco más la posición de la mano izquierda.
Al lado derecho de Jesús se encuentra la Virgen María, en muchos casos encontramos la figura de Juan Bautista a la izquierda, pero en este caso aparecen mezclados diferentes santos alrededor del Cristo a los cuales podemos identificar por algunos de sus símbolos, por ejemplo San Pedro con las llaves, San Lorenzo con una parrilla, San Bartolomé con su propia piel. Recordemos que la función de Juan era presentar las almas que llegaban al cielo.
En la parte superior grupos de ángeles portan algunos elementos de la pasión, por ejemplo la cruz, la corona de espinas y la columna para recibir los latigazos, que son los que aparecen en esta representación. En algunos casos se incluyen mas elementos, como por ejemplo los clavos, martillo o la esponja.
Debajo de la figura de Cristo un grupo de ángeles toca unas trompetas anunciando la llegada del Jucio Final, como es tradicional en este tipo de representación.
A los lados de la figura de Cristo se sitúan personas que ya están salvadas. Mientras en la parte inferior, a la derecha aparecen las personas que van a salvarse, los cuales ayudados por ángeles suben al cielo, entre ellos algunas personas que acaban de resucitar, mientras al otro lado están los condenados, que son forzados a introducirse en la barca de Caronte para dirigirse al abismo, al tiempo que unos ángeles en la parte superior les impiden la entrada en el cielo a algunas figuras que muy angustiadas y apelotonadas lo intentan con bastante fuerza.
La mayoría de figuras se encontraban desnudas pero unos años más tarde un discípulo de Miguel angel, llamado Danielle de Volterra se encargó de cubrir la mayoría porque a ciertos sectores del clero romano le parecían indecentes, aunque bien es cierto que falleció y no pudo terminar su labor.