miércoles, 11 de noviembre de 2015

San Lucas pintando a la Virgen María

Es curioso cómo este tema se hace popular entre los artistas al considerar que el evangelista y autor de los Hechos de los Apóstoles, fue médico pero al mismo tiempo, al estar en contacto con multitud de plantas y pigmentos, conocía como mezclarlos correctamente para obtener los colores adecuados para cada pintura. Es por ello que Lucas se convierte en el patrono de los pintores y por extensión de las Bellas Artes.
También existía la creencia de que Lucas había realizado un retrato de la Virgen, que sería un icono de tipo bizantino más cercano a un apunte o dibujo con el rostro de la madre de Dios.
Unir a Lucas y a María será algo que varios artistas van a tratar a través de este tema. Sobre el mismo conviene hacer una serie de matizaciones.
Lucas es una persona de Filipo en Macedonia y se acerca a la religión a través de San Pablo que en los años 50 se encuentra predicando en esa zona y creando diferentes comunidades a las cuales después dirigirá sus famosas cartas. Colosenses, Corintios, Galatas, Tesalonicenses, Filipenses, son algunas de sus nuevas iglesias.
Lucas es pues uno de sus seguidores, un macedonio judaizante que participa de los mensajes de Pablo sobre la inminencia de la segunda venida y su mensaje de amor y caridad s los demás. 
Unos años más tarde, entre el año 58 y 60 van a realizar, junto a miembros de otras comunidades, un viaje a Jerusalem para rendir cuentas a los apóstoles que allí viven de los avances de sus iglesias y discutir algunos aspectos, como por ejemplo la extensión de la doctrina a los paganos o la posibilidad de que los nuevos adeptos no estén circuncidados.
En ese viaje y cargado de interés, Lucas tiene la posibilidad de conocer a algunos personajes que estuvieron en contacto directo con Jesus y hablar en persona con ellos para que le cuenten sus experiencias. Como señala Emmanuel Carrere en magnífico libro titulado El Reino, es muy posible que Lucas entrará en contacto con un tal Filipo, que sería uno de los discípulos que caminaron junto a Jesús el Domingo de Resurrección camino de Emaus y a través de este primer encuentro conociera a Zaqueo o alguna de las mujeres que le acompañaban o bien apoyaban económicamente y que no aparecen citadas en ningún libro.
Quizás aquí Lucas tuvo la oportunidad de conocer a María, la madre de Jesús, una anciana de unos 80 años, pero con multitud de anécdotas e historias que contar sobre uno de los personajes clave de la humanidad. Es decir hubo (quizás) un contacto entre Lucas y María, pero no para hacer un retrato sino para recabar información sobre algunos rasgos de la personalidad y la vida de Jesús. Antes de este momento (si en realidad existió) estos dos personajes no se conocían.
Vemos pues que en muchos de los cuadros pintados sobre el tema se representa a Lucas tomando apuntes o pintando a una Virgen con El Niño en brazos o bien dándole el pecho. Como vemos en el desarrollo de nuestra historia este encuentro habría sido imposible y no deja de ser un esquema icono gráfico que nada tiene que ver con la realidad. Pero al mismo tiempo se convirtió en un tema muy popular entre los artistas y una de las maneras de representar a Lucas en las ocasiones en las que no vemos acompañado del animal que le representa que era tan común en la Edad Media, un buey.
Roger van der Weiden, Giorgio Vasari, iconos bizantinos, El Greco, muchos han sido los artistas que han representado el tema, sobre el que hemos tratado de aclarar su origen e historia.

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