Es curioso cómo este tema se hace popular entre los artistas al
considerar que el evangelista y autor de los Hechos de los Apóstoles,
fue médico pero al mismo tiempo, al estar en contacto con multitud de
plantas y pigmentos, conocía como mezclarlos correctamente para obtener
los colores adecuados para cada pintura. Es por ello que Lucas se
convierte en el patrono de los pintores y por extensión de las Bellas
Artes.
También existía la creencia de que Lucas había
realizado un retrato de la Virgen, que sería un icono de tipo bizantino
más cercano a un apunte o dibujo con el rostro de la madre de Dios.
Unir
a Lucas y a María será algo que varios artistas van a tratar a través
de este tema. Sobre el mismo conviene hacer una serie de matizaciones.
Lucas
es una persona de Filipo en Macedonia y se acerca a la religión a
través de San Pablo que en los años 50 se encuentra predicando en esa
zona y creando diferentes comunidades a las cuales después dirigirá sus
famosas cartas. Colosenses, Corintios, Galatas, Tesalonicenses,
Filipenses, son algunas de sus nuevas iglesias.
Lucas es pues
uno de sus seguidores, un macedonio judaizante que participa de los
mensajes de Pablo sobre la inminencia de la segunda venida y su mensaje
de amor y caridad s los demás.
Unos años más tarde, entre el
año 58 y 60 van a realizar, junto a miembros de otras comunidades, un
viaje a Jerusalem para rendir cuentas a los apóstoles que allí viven de
los avances de sus iglesias y discutir algunos aspectos, como por
ejemplo la extensión de la doctrina a los paganos o la posibilidad de
que los nuevos adeptos no estén circuncidados.
En ese viaje y
cargado de interés, Lucas tiene la posibilidad de conocer a algunos
personajes que estuvieron en contacto directo con Jesus y hablar en
persona con ellos para que le cuenten sus experiencias. Como señala
Emmanuel Carrere en magnífico libro titulado El Reino, es muy posible
que Lucas entrará en contacto con un tal Filipo, que sería uno de los
discípulos que caminaron junto a Jesús el Domingo de Resurrección camino
de Emaus y a través de este primer encuentro conociera a Zaqueo o
alguna de las mujeres que le acompañaban o bien apoyaban económicamente y
que no aparecen citadas en ningún libro.
Quizás aquí Lucas
tuvo la oportunidad de conocer a María, la madre de Jesús, una anciana
de unos 80 años, pero con multitud de anécdotas e historias que contar
sobre uno de los personajes clave de la humanidad. Es decir hubo
(quizás) un contacto entre Lucas y María, pero no para hacer un retrato
sino para recabar información sobre algunos rasgos de la personalidad y
la vida de Jesús. Antes de este momento (si en realidad existió) estos
dos personajes no se conocían.
Vemos pues que en muchos de los
cuadros pintados sobre el tema se representa a Lucas tomando apuntes o
pintando a una Virgen con El Niño en brazos o bien dándole el pecho.
Como vemos en el desarrollo de nuestra historia este encuentro habría
sido imposible y no deja de ser un esquema icono gráfico que nada tiene
que ver con la realidad. Pero al mismo tiempo se convirtió en un tema
muy popular entre los artistas y una de las maneras de representar a
Lucas en las ocasiones en las que no vemos acompañado del animal que le
representa que era tan común en la Edad Media, un buey.
Roger
van der Weiden, Giorgio Vasari, iconos bizantinos, El Greco, muchos han
sido los artistas que han representado el tema, sobre el que hemos
tratado de aclarar su origen e historia.
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