miércoles, 20 de abril de 2022

¿Cómo ser un artista contemporáneo?

 En el día de hoy vamos a plantear qué significa ser un artista contemporáneo y si todas las obras que se ofrecen al mercado o bien aquellas que se crean podrían ser calificadas como contemporáneas o bien deben tener otra acepción que calificaríamos como tradicional o bien clásica, dependiendo de la temática utilizada o bien por la técnica empleada para la creación. 

Todo esto viene a cuento de un reportaje donde se referían a un imaginero contemporáneo como una de las cumbres de este arte. Pero para ello debemos analizar qué significa ser contemporáneo y darnos cuenta de que realizar en este momento una imagen de Cristo Crucificado o bien de Cristo portando la Cruz no significa que seas un artista contemporáneo sino un artista tradicional que o bien repite modelos tal vez intentando cambiar algunos aspectos que tienen pocas variaciones con la iconografía tradicional. De todas maneras algo parecido podríamos decir sobre la representación de algunos temas tradicionales como paisaje, bodegón, retrato y otros muchos más. 



No cabe duda que contemporáneo lleva inscrito en la propia palabra que vive con su tiempo. Yo soy contemporáneo en este mismo momento, negarlo sería mentir. La palabra incluye tempus en su definición que alude al tiempo en el que se está viviendo. Ser y tiempo son dos conceptos que juntó Heidegger en uno de sus más famosos escritos. En este sentido todos somos contemporáneos, vivimos el presente, el aquí y el ahora, en la fecha y año en el que todavía permanecemos vivos. Caminamos con el tiempo para así percibir aquello que ocurre a nuestro alrededor, a todos los niveles, político, social y por supuesto artístico. 

Nuestro tiempo está cargado de luces. El ser humano, en su progreso,  ha sido y está siendo capaz de conseguir unos avances a todos los niveles que no habrían sido imaginados hace años. Las luces que nuestro tiempo es capaz de generar nos deslumbran, son como un coche que por la noche se acerca a nosotros con las luces largas, se le ha olvidado cambiar a las luces cortas o de posición y nos invita a estar más atentos a lo que sucede hasta que pase delante de nosotros porque deslumbrados no somos capaces de fijarnos en las líneas de la carretera, ni en los vehículo que vienen detrás, ni en nada que no sea esa luz cegadora que nos atrae y puede provocar una desgracia si no actuamos con prudencia. 

Pero Giorgio Agamben nos dice que ser contemporáneo significa mantener la mirada fija en el tiempo para en ese mismo tiempo ser capaces de percibir las luces que nos transmite, pero también la oscuridad que aparece alrededor o detrás de la luz. Porque es cierto que los avances deslumbran, sugieren, hacen la vida más cómoda, invitan por supuesto a consumir, pero cualquier momento contemporáneo tiene sus aspectos de oscuridad. Por decirlo de otra manera, sus problemas, sus debates sin resolver, su mirada a un futuro que no parece resuelta, su legado que debemos construir entre todos y cada uno de los que estamos presentes, de los que somos en la actualidad. 

Agamben nos dice que contemporáneo es aquel que sabe ver la oscuridad, aquel que está en condición de escribir humedeciendo la pluma del presente.

Luces y oscuridad caminan juntas pero hay que saber distinguir una otra, cegados por una podemos no ser capaces de descubrir la otra, pero será labor del contemporáneo afanarse en escudriñar todo aquello que se encuentre tras la luz para descubrir su tiniebla, en especial su oscuridad, que no se separa de la luz, pero que, pos supuesto, es diferente a ella. 

Vamos a intentar pasar este mensaje a lo artístico, pero lo primero que necesitamos es que la obra sea capaz de transmitir un mensaje, porque sino se viene abajo todo el planteamiento. Podemos pensar que la obra es bella desde el punto de vista tradicional, pero sin contenido queda completamente vacía, podrá proporcionar un momento de placer, si queremos, estético, aunque se supone que al arte se le demanda algo más que una naturaleza muerta, un bonito paisaje o un hiperrealista retrato. 


Así que partamos de que la obra debe incluir un espíritu del cual nos habla Theodor Adorno en su teoría estética. ¿No será labor del artista desvelar en su obra los aspectos de oscuridad que tiene su tiempo para poder ser calificado como artista contemporáneo? Quizás la pregunta sea demasiado directa y nos lleve a cuestionarnos cuál es el papel que tiene un artista en la sociedad y si debe tener un papel concreto o no cumple ninguna función.

Quiero pensar que sí lo hace, que tiene una utilidad, pero no aquella que se encarga de la belleza, porque desbordados por lo kitsch puede que no sea capaz de competir con esos envoltorios que rodean a los productos de consumo.

Así que puestos a buscar un papel para el arte contemporáneo podemos otorgarle la capacidad de ser el descubridor o bien el inductor de transmitir los aspectos de oscuridad que nos ofrece nuestro devenir diario, posiblemente porque sea posible otorgarle una mejor capacidad de interpretación a través de unas imágenes que sean capaces de distinguirse de la vorágine social y publicitaria que nos rodea. 

La luz trata de imponerse en todo momento, nos embauca, no nos invita más que a contemplar. La oscuridad por su parte tiene un tipo de cometido distinto que incluye el poder pensar o reflexionar sobre algo concreto. Debemos como dice Agamben ser puntuales con una cita a la que no podemos faltar, la luz se dirige hacia nosotros pero también nos aleja infinitamente de los aspectos de oscuridad que deben ser puestos encima de la mesa, porque la mayoría de las veces no interesa que se hable de ellos. 

Construir un futuro mejor es labor de todos, algunos por la razón que sea renunciaron hace tiempo a ello y deslumbrados por la luz parecen seguirla como si de una divinidad se tratara, ahora el contemporáneo es aquel que es capaz de agarrar a su tiempo por la pechera y es capaz de transformarlo poniéndolo en consonancia con otros tiempos, leyendo de una manera inédita la historia, buscando una respuesta a muchas de las sombras que se plantean.


viernes, 8 de abril de 2022

Volodomir Zelensky y el Guernica

 El presidente de Ucrania ha intervenido en varios de los parlamentos de países democráticos para explicar la situación de su país tras la invasión rusa y pedir ayuda para repeler esta ocupación a todas luces ilegal.

En cada uno de estos lugares ha hecho alusión a un hecho histórico relacionado con el país en cuestión que haya sido referente de un ataque que ha causado trauma en la población del lugar al que se dirige. Por ejemplo en Estados Unidos aludió a Pearl Harbor o en Japón a la bomba de Hiroshima.

Había cierta intriga por saber qué episodio histórico escogería en España para comparar la situación que se está viviendo en estos momentos en su país. Podía haber aludido a la ocupación francesa, cuando Napoleón en el año 1808, con la excusa de cruzar a Portugal, invadió España. Una situación de la que da cuenta perfectamente Francisco de Goya en sus cuadros del 2 y el 3 de Mayo de 1808. Pero no fue así.

El tema de la guerra civil es sensible en el país, aunque ya hayan pasado casi 100 años del mismo. El caso es que Zelenski aludió a Guernica, cosa que algunos nostálgicos de la ultraderecha ha  visto con malos ojos. Pero aparte de ideologías deberíamos tener en cuenta dos cosas que son semejantes a la situación que vive ahora Ucrania. Primero es que el Guernica no es el símbolo de uno de los bandos sino que se ha convertido en un símbolo mundial de la paz. Fue creado para que la gente en el extranjero se diera cuenta del horror que estaba viviendo España en ese momento.

La segunda cuestión es que ese bombardeo representa uno de los primeros que se hace sobre población civil sin avisar entes, coincidiendo además en un día de mercado que se celebraba en la ciudad. El número de víctimas (pese a la propaganda) debió de ser alto porque mucha gente no estaba preparada para protegerse del mismo al no ser avisados. Esta táctica que será de uso común en la segunda guerra mundial comienza a experimentarse en España durante la guerra civil y Guernica es uno de sus escenarios. Así que dejando fuera las ideologías la población civil es inocente, eso no requiere discusión. 

Así que puestos a pensar la comparación es buena y acertada porque el dolor de una guerra no entiende de bandos y las víctimas son siempre inocentes que se ven envueltos en las luchas de otros con los que muchas veces, no tienen nada que ver. 


jueves, 7 de abril de 2022

Las NFT son un blufff

 Hace unos días pudimos leer una información en la página web de Xataka que decía que las NFT han perdido un tercio de su valor. Es decir que ya no valen nada comparado con los precios que tenían hace unos meses.

Lo cual viene a confirmar que las NFT con un bluf. Tras un arranque espectacular donde mucha gente pensó que podía hacerse rica gracias a la revalorización de estas imágenes, resulta que el valor que tienen ahora mismo es mucho menor que la compra que se hizo de ellas.

Por ejemplo si adquirirse una imagen por un valor de 200 euros el precio actual puede ser de 27 o 30 euros, como vemos solo un 10% del valor que tuvieron en el momento de salir al mercado. Algunas pueden mantenerlo o perder algo menos pero lo cierto es que parece que a las NFT le ha pasado lo mismo que a la web Second Life, que comenzó con muchos bríos a principios del siglo XXI para perder todo su potencial en muy poco tiempo. 

Solo los listos que hayan sabido aprovechar el momento habrán hecho algo de dinero, el resto lo han perdido de forma estrepitosa. No parece que haya opción para la recuperación. 

Hay que apuntar un par de cuestiones en torno a este tema. La primera tiene que ver con la saturación del mercado que ha llevado a que todo el mundo quisiera sacar tajada de algo que en realidad no la tenía. En segundo lugar la dificultad y la volatilidad del mercado de criptomonedas ha llevado a muchas personas se sientan frustradas en el proceso. 

Precaución es la palabra que debemos utilizar para todo este tipo de procesos. Es muy difícil alterar el sistema tradicional del arte. Las NFT apuntaron a ello, pero en mi opinión han quedado en un bluf que no tiene visos de recuperar el potencial ni el animo del principio.

Espero tu opinión 😙.