Domenikos Theotocopoulos es uno de los pintores mas conocidos a nivel mundial que trabajó en un momento de transición entre el renacimiento y el barroco, pudiendo observar algunas características propias del manierismo en muchos de sus trabajos. Fue un hombre muy culto y tenía nociones de arquitectura, de hecho su hijo Jorge Manuel se dedicó a esta profesión en la ciudad de Toledo.
El Greco nació en la isla de Creta, concretamente en la ciudad de Candia en el año 1541. En la isla va a permanecer hasta que cumpla los 26 años influenciado entonces por es estilo bizantino, donde los iconos eran algo típico en esta pintura desarrollada en la zona.
Con esa edad se trasladó a Venecia, en esos momentos la isla de Creta formaba parte de la República Veneciana y no era extraño que muchas personas pasaran por la capital, en este caso para formarse como pintor, al lado de algunos de los más grandes artistas que en ese momento trabajaban en el conjunto de islas. Nos referimos a artistas de la talla de Tizianno, Tintoretto, Verones o Bassano. Aquí El Greco abandonó los iconos y empezó a representar como lo hacían sus maestros, introduciendo esos colores tan llamativos típicos de la pintura veneciana que le acompañarán a lo largo de toda su vida.
Detalle de la pintura El Martirio de San Mauricio |
En el año 1570 se trasladó a Roma para continuar su formación, en la ciudad eterna eran las obras de Miguel Angel y Rafael las que tenían más influencia, pese a que los dos ya habían fallecido. Hay quien dice que su salida de Italia tiene que ver con unas declaraciones en las que habría calificado algunas figuras realizadas por Miguel Angel como indecentes, al estar completamente desnudas, en un momento en el que en Roma se planteaban tapar la desnudez de alguna manera. Esto está sin confirmar, lo que hace el Greco es continuar su formación y aprender de los grandes maestros.
En el año 1577 llega a España y se estableció en Toledo, había hecho en Italia algunas amistades que podían favorecerle en este nuevo país. Es un momento en que se están acabando las obras del Monasterio del Escorial, lugar para el que se le encargaron dos cuadros, uno de ellos El Martirio de San Mauricio, parece ser que no fue del gusto del rey Felipe II por lo que su colaboración con el Monaserio no continuó centrándose en su trabajo toledano. Allí, en la capital religiosa del país, recibió múltiples encargos y vivió un éxito continuado, llegando a ganar grandes sumas de dinero por las obras realizadas.
Falleció en el año 1614 en la ciudad imperial, como hemos dicho con numerosos encargos hasta el final de su vida, fue enterrado en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Dejó una gran biblioteca, plagada de todo tipo de títulos, desde tratados de pintura, filosofía o arquitectura. Era una de las bibliotecas personales más grandes del momento, que todavía puede verse en la Casa Museo en la ciudad de Toledo.
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