Quizás sea en la actualidad el pintor hiperrealista vivo más reseñable que tenemos en España. Su fama está ligada a una obra reconocible y cargada de realismo que incluye desde paisajes urbanos (quizás sus trabajos más conocidos) a retratos (otro de sus géneros favoritos).
Si tenemos que trazar una pequeña biografía de Antonio López, debemos decir que nació en Tomelloso, provincia de Ciudad Real en el año 1936. Sus padres se dedicaban a la agricultura y el paisaje manchego y los elementos que se usan en las labores del campo, formarán parte de sus primeras obras.
Antonio López desde muy joven mostró un gran interés por el dibujo. Se trasladó desde su ciudad natal a Madrid en el año 1949 con intención de formarse como artista. Allí pasó por la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de la que después a la larga sería profesor.
Hay dos influencias grandes que van a poder apreciarse en su obra, en primer lugar los grandes clásicos del renacimiento. Muchas veces la forma de pintar de este artista está conectada con el proceder de los maestros clásicos. La forma de medir, las formas y la distancia a los objetos están perfectamente calculadas en sus obras.
En segundo lugar la tradición realista española también se aprecia en su obra. Vamos a pensar por ejemplo en Velázquez y el tratamiento que el artista da a los objetos que aparecen en sus obras. Hablamos de un realismo casi fotográfico, que se aprecia perfectamente en los brillos de los objetos de metal y de cristal que forman parte de sus composiciones. Esa tradición realista del bodegón no se ve solo en Velázquez sino que son numerosos los artistas que participan de este realismo objetual y compositivo. A ello contribuye en gran parte las frecuentes visitas que el artista realizó al Museo del Prado donde se encuentran las grandes obras de estos maestros clásicos españoles.
Una buena manera de comprobar cual es la manera de pintar de Antonio López está en la película documental El Sol de Membrillo del director Victor Erice donde nos muestra como trata de pintar un melocotonero, de una forma muy lenta, midiendo todo de forma perfecta, con una lentitud casi exasperante, para finalmente abandonar la obra no contento con el resultado y ante la falta de fruto en un árbol que ha perdido todos los melocotones con el paso del tiempo.
Esa lentitud al realizar muchas de sus obras le ha granjeado varias críticas incluso por muchos compañeros de profesión que no entienden como abandona obras para después de cierto tiempo volver a ellas.
Lo que no se le puede criticar es su capacidad para representar sus obras con tanto detalle que parece en realidad una fotografía y que le ha proporcionado numerosos seguidores e imitadores, algunos de ellos han caído en un infausto debate entre los partidarios del realismo y los de la abstracción.
Indudablemente Antonio López es uno de los grandes maestros vivos que posee este país.
gracias me ha ayudado muho
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