Tres son las iglesias que conservan en España este tipo de cúpula, un tanto extraña a la arquitectura española, que vamos a intentar describir en este post. Se trata de ciudades que se encuentran muy cercanas, en un área de solo 60 kilómetros, por lo que es muy posible que el mismo arquitecto participara en los tres lugares. Estamos hablando de la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca y la Colegiata de Toro.
Cúpula interior de la Catedral de Zamora |
Debemos situarnos en un momento en que el románico se acaba y la transición al gótico se abre camino, algunas de las características del románico de transición son por ejemplo el uso de arcos apuntados que adornan el interior de los templos y en la nave central cubierto con bóveda de ojivas, con cuatro nervios que se cruzan en una clave central, no es una bóveda de crucería gótica. Esta bóveda sustituye las bóvedas de cañón con arcos fajones usadas durante el románico pleno. Las naves laterales siguen manteniendo las bóvedas de arista.
Las enormes cúpulas se encuentran apoyadas sobre cuatro grandes pechinas que sustentan su peso, en primer lugar encima de las pechinas encontramos un cuerpo de ventanas, que es doble en las iglesias de Salamanca y Toro y que se encuentra separado por columnas individuales en Zamora y unas sobre otras, es decir dos columnas en las otras sedes. Estas ventanas muestran arcos de medio punto (en Salamanca algunos de ellos son ciegos) y curiosamente en Toro los arcos están decorados con formas polilobuladas.
Interior de la Colegiata de Toro en Zamora |
Desde esas columnas parten 16 nervios, que se encuentran en una clave central y que forman 8 arcos apuntados. Realmente si miramos desde la parte inferior la impresión de que la cúpula es como una naranja a la que hemos quitado la piel y hemos abierto obteniendo 16 gajos que se encuentran colocados en ese lugar.
Al exterior una cúpula diferente intenta en Zamora repetir las formas del interior con una bellísima decoración de escamas flanqueada por torres en los extremos y una decoración con frontones triangulares sobre columnas y arquillos de herradura entre torre y torre. En Salamanca y Toro se aprecia perfectamente que la cúpula interior no tiene nada que ver con la exterior, en Salamanca tiene forma de punta de lanza y en toro adquiere formas más redondeadas, pero mantiene la decoración de escamas, que también se aprecia en iglesias como Nuestra Señora la Grande de Poitiers, con lo cual no se descarta la presencia de un arquitecto francés en la ejecución de la obra, quizás alguien que había estado ligado de una o otra marera en una peregrinación a Santiago de Compostela.
Entre cúpula interior y cúpula exterior hay unos 15 centímetros que se rellenan con guijarros, arena y cal.
Los tres templos no son de gran tamaño, quizás porque las ciudades fueron repobladas en el siglo XII y la población con la que contaban no llegaba a ser significativa para la construcción de una gran Catedral al estilo de Santiago, por poner un ejemplo. Prueba de ello es que Salamanca edificó una nueva catedral cuando calificaba la otra como "pequeña, oscura y baja".
Detalle decoración de escamas, torres y frontones en la Catedral de Zamora |
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