domingo, 25 de diciembre de 2016

El Coliseo de Roma para niños

La arquitectura romana es una continua fuente de inspiración a lo largo de la historia del arte. A veces sorprende como estos artífices podían tener unos completos estudios de ingeniería en unas fechas en las que los demás pueblos se encontraban en la ignominia. Pero junto a un sangriento despliegue militar por el mundo, se desarrolló un poderoso avance cultural que abarcaba todo tipo de artes, entre ellas la arquitectura.


El Coliseo de Roma es el anfiteatro de la ciudad, recibe su nombre por una estatua de un coloso que se encontraba cerca del edificio. El que conservamos en la actualidad fue realizado en el siglo I d.c. durante la época imperial. Antes existieron otros pero no se han conservado o han sido destruidos.
Era el lugar destinado para realizar los espectáculos, en muchos casos sangrientos, que tenían lugar en la ciudad de Roma. Fue utilizado en muchas ocasiones como elemento de distracción del pueblo para que no pensaran en cuestiones políticas o militares que tenían lugar en el seno de la ciudad de Roma. Panem et circense es una frase que se ha utilizado para hablar sobre esa distracción ya que regularmente se repartía pan entre los que acudían a ver los espectáculos.
Luchas de gladiadores, luchas entre hombre y animal o entre diferentes animales, carreras de cuádrigas son algunos de los eventos que podían contemplarse en el lugar. Por debajo de la arena se situaba una estructura de madera debajo de la cual había gran cantidad de túneles y celdas donde se situaban los gladiadores y los animales que podían salir al exterior a través de rampas o siendo elevados con otras estructuras de madera, un efecto de sorpresa que cautivaba al público asistente.


El edificio tenía capacidad para albergar a 50.000 personas, quizás una cifra que no dice mucho en la actualidad, pero que se trata de un número descomunal de personas hace dos mil años. Las gradas estaban preparadas para albergar a las diferentes clases sociales, situándose la parte dirigente lo más cerca posible de la arena y los menos afortunados en la parte superior del edificio, los precios eran más baratos cuanto más alto y lejano te encontrabas de la arena.
Durante la Edad Media dejó de utilizarse y muchas de sus piedras se cogieron para formar parte de otros edificios, aunque si se conserva es gracias a que se paró este expolio debido al gran número de cristianos que fueron martirizados en el lugar y que fuera considerado como un cementerio que debía recordar a todos esos muertos.
Arquitectónicamente es un prodigio de la ingeniería. El edifico contaba con un despliegue de todo tipo de arcos y bóvedas que se situaban a lo largo de los cuatro pisos que tenía el edificio, mas el subsuelo, que, como hemos dicho, se encontraba repleto de galerías y habitaciones. Al exterior se podían apreciar cuatro pisos que respetaban la disposición clásica en las columnas y pilastras que lo adornan. Así en el primer piso de disponían columnas de orden toscano (muy similar al dórico) que separaban los arcos de medio punto que lo componían, en el segundo piso las columnas eran de orden jónico, en el tercero corintio y en el cuatro no existían arcos sino estructuras cegadas y el orden de las columnas era compuesto (es decir una mezcla entre jónico y corintio). Esta estructura se repetirá en la época clásica del renacimiento cuando las obras traten de imitar la arquitectura griega y, sobre todo, romana.


domingo, 18 de diciembre de 2016

Tradiciones de la Biblia. El craneo de Adán

Dentro de la Biblia existen una serie de historias que no aparecen reflejadas en el libro pero que se han ido transmitiendo de padres a hijos por tradición oral. Algunas de ellas han llegado hasta nosotros y han pasado a formar parte de la tradición artística, ya que han sido reflejas en diferentes obras a lo largo de la historia del arte.

El cráneo de Adán en la crucifixión de Andrea Mantegna

La historia que hoy contamos tiene que ver con ello y hace referencia al cráneo y los huesos que se observan bajo la cruz de Cristo cuando se hace una representación de un crucificado. Según esa tradición el monte Golgota, el lugar de la crucifixión era un cementerio, esa puede ser una de las razones de la aparición del cráneo y los huesos.
La historia dice que cuando Adán murió, sus descendientes le colocaron una semilla en la boca y lo enterraron en ese lugar, de esa semilla nació un árbol, en ese árbol encajaron la parte superior de la cruz que portaba Jesús y cuando a este lo crucifican, el peso de su cuerpo hace que de la parte inferior surjan un cráneo y unos huesos, que serían los del propio Adán.

Tríptico del Calvario en el Museo de Bellas Artes de Sevilla

Sin duda se trata de una alegoría de la vieja alianza, que Dios hizo con Adán y la nueva alianza, que representa Jesucristo, el nuevo pacto implica que las puertas del cielo, cerradas hasta ese momento, por enfado de Dios con el hombre, vuelven a estar abiertas para todo el mundo, judíos y gentiles. La figura de Cristo por encima de Adán simboliza el triunfo de esta nueva alianza, que deja atrás los huesos de la antigua.
Decimos que es una tradición y por tanto hay diferentes versiones, por ejemplo hay quien afirma que el cuerpo de Adán  fue trasladado por Sem y Melquisedec, fueron a buscarlo al Arca de Noe, donde se encontraba y los trasladaron a la Golgota, guiados por ángeles. Junto al cráneo de Adán, también trasladaron el cráneo de la serpiente que tentó a los primeros padres en el paraíso. Con este texto podemos apreciar otra versión de la historia.
Esta imagen del cráneo y en ocasiones los huesos de Adán, se repite de forma constante en la iconografía tradicional. Es común observar este cráneo bajo la cruz de la que cuelga Cristo o al lado de la misma, como podemos ver en las pinturas y esculturas que incluimos como ejemplo. Suele ser lo más habitual en la representación de este tipo de imagen, desde la Edad Media hasta nuestros días.

Jose María Subirats. Crucifixión. Basílica de la Sagrada Familia. Barcelona

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Gerard Richter para niños

El artista alemán que hoy nos ocupa es una de las figuras más importantes de la pintura posterior a la segunda guerra mundial que, a día de hoy, todavía se encuentra vivo y reside en la ciudad alemana de Colonia.


Si tenemos que trazar una pequeña biografía de Gerard Richter diremos que ha tenido una vida bastante ajetreada durante su infancia y su juventud. Debemos recordar que nació en el año 1932, así que siendo un niño le tocará vivir algunos de los rigores del nazismo y la segunda guerra mundial. Su propio padre tuvo que luchar en el frente oriental y estuvo como prisionero durante bastante tiempo, una de sus tías murió en un programa nazi de eutanasia y esterilización, uno de esos que buscaban la supremacía de la raza en una locura sin fin.
Asimismo después de la guerra se encontraba en la parte oriental de alemania y tuvo que cruzar con su esposa al otro lado pocos días antes de que se iniciara la construcción del muro de Berlín, una barrera que se lo habría puesto muy difícil si decide hacerlo unos días más tarde.


La pintura de Gerard Richter pasa por varias etapas, pero quizás sea su comienzo lo más interesante, donde se adscribe a una corriente que tiene que ver con el expresionismo abstracto. Los horrores y atrocidades cometidos durante la guerra le hacen perder la confianza en el ser humano. No hay más que pensar en algunas de las cosas que los nazis hicieron para darse cuenta de lo cruel y vil que se puede llegar a ser. El hombre es un animal cargado de bondad, si quiere, porque también es capaz de los mayores horrores que podamos imaginar. Este segundo aspecto es el que predomina en la ideología nazi y en la gran mayoría de sus seguidores, cegados por un fanatismo que solo causó dolor y millones de muertos, en el campo de batalla y fuera de él.
Toda esta explicación tiene conexión con un tipo de pintura abstracta, violenta, con grandes brochazos y descargas de pintura sobre el lienzo. Así se componen una serie de cuadros cargados de rabia y dolor, por las cosas que han sucedido, por aquello que se va descubriendo en los campos de concentración y que harían avergonzarse a cualquiera.
Richter a lo largo de su larga carrera artística se ha visto seducido por otros movimientos, como por ejemplo la tendencia del arte pop en los años 60 y también por el minimalismo durante la década de los 70, aunque desde el año 1976 su obra es mayoritariamente abstracta, exceptuando algunos bodegones y paisajes.
Paneles de vidrio y espejos también se incluyen en sus obras abstractas y le dan un ambiente extraño, diferente, como un reflejo de un espectador que participa de la tensión que genera la pintura, tratando de incluirlo en el cuadro.


domingo, 11 de diciembre de 2016

Dibujos de Francisco de Goya para pintar y colorear

Goya es una de las grandes figuras del arte español, un artista con una personalidad muy marcada, al cual le tocó vivir una época difícil de la historia de España. Su posicionamiento político acabó con el artista en el exilio ya que se trasladó a Burdeos en Francia donde pasó los últimos años de su vida.




Francisco de Goya es un artista interesante para colorear con niños, ya que tiene varias etapas en su pintura, en las cuales el color juega un papel muy importante y nos indica también el estado de ánimo del artista.
Por ejemplo, no tiene nada que ver la llegada del artista a Madrid, desde su Aragón natal, con la última etapa de su vida. Cuando llega a Madrid, recién casado con Josefa Bayeu, comienza a trabajar para la fábrica real de tapices, diseñando los cartones que luego servían como modelo para que las mujeres que trabajaban en la fábrica cosieran ese diseño sobre un tapiz. En estas obras se aprecia perfectamente la alegría del pintor al representar a los "majos" y las "majas" de la ciudad de Madrid, en sus salidas al campo y sus ratos de diversión. Da impresión de que el propio artista participa de ese ambiente alegre y festivo en el que se sumergen los personajes.


En este momento los colores son también muy alegres, el azul, el amarillo, el blanco, el rojo, se aprecia perfectamente ese momento de felicidad.


Comentamos esto y lo ponemos en contraste con lo que sucederá en la última etapa de su vida, cuando realice las pinturas negras en las paredes de su propia casa, donde la presencia del color marrón oscuro se hace constante, también del negro y del rojo, este último solamente para representar sangre en algunos de los personajes pintados.




Así que para colorear trabajos de Goya es mejor centrarse en esa primera etapa y en esos colores vivos con los que va a adornar los trajes que llevan cada uno de sus personajes, que aparecen divirtiéndose, jugando, pasándolo bien en las praderas que había al lado de la ciudad de Madrid.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Juan de Herrera y el clasicismo en España

El arquitecto Juan de Herrera representa la última etapa del renacimiento en España representada por el clasicismo, una forma de construir que difiere de lo que se había hecho hasta ese momento en España, donde los ojos se vuelven definitivamente a Italia en particular y la mundo clásico en general.

Puerta acceso Monasterio de El Escorial

Y es que el renacimiento en España está cargado de detalles y pequeños matices que varían según el arquitecto del cual estemos hablando. El comienzo del renacimiento no es ni siquiera una forma de construir sino de decorar algunos edificios que todavía tenían trazas de estilo gótico. Esa carga decorativa incluye algunos elementos tomados del arte italiano, como los grutescos o la inclusión de pequeñas figuras desnudas que decoran las fachadas y ventanas de estos edificios. Sin duda es el momento más original de arte español, la mezcla de la tradición gótica, la profusión decorativa musulmana y unos pequeños detalles del renacimiento italiano.
Esa fase primera se va superando poco a poco y se introducen algunos elementos constructivos que podemos ver en diferentes palacios e iglesias realizados a mediados del siglo XVI, la formación de algunos arquitectos, en algunos casos sus viajes a Italia, harán que desaparezca la carga decorativa (aunque no del todo) y se concentren más en los elementos estructurales. Algunos de los nombres como Diego de Siloe o Pedro Machuca tratarán de acercarse al renacimiento italiano.

Biblioteca del Monasterio de El Escorial

La tercera del renacimiento está representada por el arquitecto Juan de Herrera que vivió entre 1530 y 1597 y por uno de sus edificios más emblemáticos, el Monasterio de San Lorenzo del Escorial
En el desarrollo de sus obras tiene mucho que ver el rey Felipe II que tiene muy claro el estilo con el que deben construirse los palacios que quiere realizar en España. Los viajes realizados por Europa le abren los ojos a una nueva concepción de la arquitectura y del jardín, que se verán plasmados en sus realizaciones. Desde muy pequeño contó con libros de arquitectos italianos en su biblioteca y sabía perfectamente por donde se estaba moviendo el arte en ese momento.
Si algo define el Monasterio del Escorial es la ausencia de carga decorativa con la que contaban los edificios anteriores, ya no encontramos grutescos, ni escudos, nada de cresterías o cualquier elemento superfluo que pueda distraer la atención del espectador. 
Por otra parte el edificio sigue las normas clásicas de construcción, aquello que los italianos decían sobre los edificios que deberían estar hechos "a la romana", cumpliendo una serie de normas, como por ejemplo la superposición de columnas con diferente capitel dependiendo del piso en el que estuviéramos, dórico para el primero, jónico para el segundo, corintio, para el tercero y compuesto si existían un cuarto, como podía verse por ejemplo en el Coliseo de Roma y que Juan de Herrera repite en el altar mayor de la iglesia que se encuentra en el centro del monasterio.
Otras obras de este arquitecto también se pueden observar en otros lugares de España, siempre por iniciativa del rey Felipe II, hablamos por ejemplo de la Catedral de Valladolid, que no llegó a terminarse por falta de fondos o del Archivo de Indias en la ciudad de Sevilla.

Proyecto de Juan de Herrera para la Catedral de Valladolid

domingo, 4 de diciembre de 2016

La arquitectura del Renacimiento pleno en España

El Renacimiento es un estilo que en la arquitectura española tiene una duración muy corta, ya que el gótico se extiende en el país a lo largo de 3 siglos. Ello hace que mientras en países como Italia estaban desde hace tiempo redescubriendo el estilo, en España se seguía construyendo en estilo gótico hasta en pleno siglo XVI.

Diego de Siloe. Patio del Colegio Fonseca en Salamanca

Por tanto el fenómeno del Renacimiento tiene una duración bastante corta, que va desde 1512 hasta 1580. Pese a ello podemos dividirlo entres momentos cada uno de ellos con sus características. El primero es el plateresco, que asociamos a un tipo de decoración concreta en los edificios, el segundo es el Renacimiento pleno del cual nos vamos a ocupar. El tercer momento alude al clasicismo y las obras de Juan de Herrera, perfectamente identificadas en la construcción del Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
El Renacimiento Pleno comienza a darse desde el año 1530 y podemos decir que la mayoría de sus obras se realizan hacia 1550. Una de las características es que van a eliminar carga decorativa en los edificios, aunque todavía mantienen algunos elementos de la época plateresca, ya que aunque desaparecen los grutescos en columnas y pilastras, se mantienen los escudos de las familias que construyen los edificios. 
Al mismo tiempo se introducen elementos que ya habían sido usados en la arquitectura italiana, bien porque los arquitectos los conocen o bien porque han viajado a Italia y han podido verlos in situ. Se trata de la utilización de arcos de medio punto tanto en el interior como en algunas ventanas y otro tipo de arco como el rebajado que también es profuso en esta época.

Pedro Machuca. Patio del Palacio de Carlos V en Granada

Arquitectos como Rodrigo Gil de Hontañón son representativos de este estilo, sus edificios son fácilmente identificables por la galería de ventanas de medio punto que incluye en sus palacios y en las torres de los edificios, al mismo tiempo mantiene elementos del gótico, como la presencia de escudos, los balcones o la crestería rematando la parte superior. Obras como el Palacio de Monterrey en Salamanca o la Universidad de Alcalá de Henares son fieles testigo de ellos.
Diego de Siloe es también representativo del estilo, aunque este a diferencia de Gil de Hontañón había estudiado en Italia y conocía mas características del renacimiento, como el uso del círculo si se trataba de un panteón, como ocurre en la Catedral de Granada o en la Iglesia del Salvador de Úbeda. Una magnifica obra suya es el patio del Palacio Fonseca en Salamanca, quizás el más bello renacentista que tenemos en España.
No quiero terminar sin citar a Pedro Machuca, un arquitecto más clásico que los anteriores, que también conocía multitud de obras italianas. Se puede ver perfectamente en el Palacio de Carlos V que construyó en Granada y como tanto en el patio como en la fachada introduce estos elementos clásicos en el orden de las columnas, en el almohadillado exterior o en el uso del vano serliano que tuvo que conocer en Italia.

Rodrigo Gil de Hontañón. Universidad de Alcalá de Henares