miércoles, 28 de agosto de 2013

Las dificultades de Zurbarán para pintar en profundidad



Zurbarán es uno de los mejores pintores del panorama español, es muy conocido por sus naturalezas muertas, sus bodegones son algunos de los mejores ejemplos del arte barroco, por su maestría y buen hacer en la calidad de los objetos representados.
Pero nos gustaría llamar la atención sobre un aspecto del pintor que siempre nos ha llamado la atención. Se trata de los problemas que tiene el artistas cuando representa seres vivos que necesitan estar en movimiento o figuras en profundidad.
Es decir si los objetos no se mueven no hay problema para representarlos, Zurbarán es un maestro, pero si existe movimiento comienzan las dificultades para el artista.
El cuadro que podemos ver en la fotografía, que representa a Fray Gonzalo de Illescas es un claro ejemplo de lo que estamos diciendo. Zurbarán es un maestro a la hora de representar todos y cada uno de los objetos que aparecen representados encima de la mesa, casi con una calidad fotográfica digna de las primeras obras sevillanas de Diego Velázquez, de quien es coetáneo. Igual ocurre con el telón rojo que adorna la parte superior derecha, realizado con gran maestría y dominio de los plegados y sombras.
Pero el cuadro se complica al tener que abrir una ventana para representar una escena de la vida de este fraile, allí podemos apreciar una clara desproporción no solo en los personajes que aparecen (demasiado pequeños para la imagen que aparece en primer plano) sino también enn los edificios que se muestran que no combinan en tamaño con la imagen del fraile sorprendido en su mesa de trabajo, dando la impresión de que esa transición entre el primer plano y el fondo del cuadro debería haber sido llenado con una calle o un paisaje. Es algo que le ocurre en varias obras, donde a veces incluso evita abrir una ventana o abrir una línea de paisaje por sus dificultades a la hora de representar las distintas proporciones de personajes u objetos.

lunes, 26 de agosto de 2013

Los Borrachos o el Triunfo de Baco de Diego Velázquez



Vamos a tratar de explicar esta obra a los niños de forma fácil y sencilla para que todo el mundo pueda comprender su significado y sus características principales.
Debemos situarnos en el momento en el que se encuentra Velázquez cuando la realiza, estamos en el año 1628, el artista sevillano ha llegado hace poco tiempo a Madrid y se encuentra en la capital con que los reyes de la dinastía Austria tienen una amplia colección de pintura en la cual se incluye una gran cantidad de pintores italianos y flamencos. Observando esos cuadros Velázquez entra en contacto con una nueva temática hasta entonces ajena a sus pinturas, abandona lo religioso y lo costumbrista y como podemos observar se decanta por un tema mitológico, Baco, dios del vino, se encuentra colocando una corona de laurel, símbolo de triunfo, en la cabeza de uno de los borrachos, acompañado de otros personajes que parecen festejar el evento ingiriendo grandes dosis de alcohol en su cuerpo. La temática mitológica era ajena al arte español y había sido levemente tratada por otros artistas.
Otra de las características es que Velázquez comienza a poner interés en el cuerpo desnudo, cosa que hasta ese momento no había prestado atención y que se acentuará tras su primer viaje a Italia que realiza un año después. Así podemos observar como el dios Baco nos muestra su torso, al igual que el personaje que se encuentra detrás de él. Esa apoteosis del desnudo culmina con el primer cuadro español en el que se muestra un desnudo integral, La Venus del Espejo, algo tan ajeno a la pintura española que por eso Velázquez es el primero.
En su etapa sevillana, como habíamos visto en obras como La Adoración de los Reyes Magos, el claroscuro en las obras de Velázquez era muy importante, pero vemos que poco a poco en Madrid va abandonando esta tendencia, aunque no del todo, todavía hay un foco de luz desde la izquierda que ilumina principalmente el cuerpo del dios Baco y el resto tiene menos luz, pero vemos un intento porque exista una iluminación general el cuadro, intentando mostrar el paisaje del fondo, cosa que en sus cuadros sevillanos era imposible de encontrar y a veces de distinguir por influencia de la luz.
Por último hay dos características interesantes, por un lado las personas que acompañan al dios Baco son personajes populares, parecen sacados de una taberna y que han servido de modelo al artista tras tomar unos vasos de vino para obtener esos coloretes en la cara. En segundo lugar Velázquez mantiene un tratamiento hiperrealista de los objetos en sus cuadros, por ejemplo los vasos y jarras de cerámicas que sostienen los borrachos o el tratamiento del cristal que hay a los pies del dios Baco, este tratamiento de los objetos no le abandona en toda su larga vida pictórica.

lunes, 19 de agosto de 2013

La Inmaculada de Alonso Cano en la Catedral de Granada

Alonso Cano es uno de los máximos representantes de la escultura andaluza junto a Juan Martínez Montañés. Cano es una persona que trabajó las tres artes mayores, pero fue en la escultura donde alcanzó su gran éxito.


Es un escultor con una vocación clasicista muy marcada, persigue la belleza ideal al igual que obras del arte italiano. Sus figuras son tranquilas y reposadas con rostros y actitudes ensimismadas, con cierta melancolía. Tiene predilección con figuras ovales que derivan del manierismo, perfiles fusiliformes, es decir que se ensanchan en el centro y se estrechan en la cabeza y la cabecera. Cano prefiere figuras infantiles huyendo del dramatismo.
Esta inmaculada conservada en la Catedral de Granada tiene tan solo 50cm, estaba pensada para el fascistol de la Catedral pero como era tan pequeña y la gente no podía contemplarla tuvieron que trasladarla a la sacristía, que es donde se encuentra actualmente.
Es una figura muy juvenil, que aparenta unos 12 años, queriendo representar la idea de inocencia, con un rostro distanciado y melancólico. Recordemos que comparándola con otras Inmaculadas ésta es la de edad más joven, la de Gregorio Fernández parecía con más de 20 años y la de Juan Martínez Montañés parecía tener unos 17 o 18 años.
Usa la silueta en disminución, ensanchándose en el centro y adelgazando la base. 
Los pliegues son cortantes lo que crea contrastes luminosos, agrupándose en un ritmo ondulado que preludia el rococó.

lunes, 12 de agosto de 2013

La Trinidad del El Greco

Este espectacular cuadro está pintado poco después de la llegada de El Greco a España, tras su estancia en Italia donde pasó un tiempo en Venecia y también en Roma. Pero atraido por la construcción del Monasterio de San Lorenzo del Escorial y la posibilidad de trabajar para el rey Felipe II, decide trasladarse a España en el año 1577, donde permanecerá el resto de su vida. La obra estaba destinada al altar mayor de la Iglesia de Santo Domingo el Antiguo en Toledo, aunque actualmente puede contemplarse en el Museo del Prado.
La obra muestra el momento en que Dios Padre recoge el cuerpo de Cristo muerto en sus brazos, mostrandonos el dolor por la muerte de su hijo, pero al mismo tiempo la reconciliación que su muerte significa para los cristianos al abrirse de nuevo las puertas del cielo. Las tres personas de la Santísima Trinidad se completan con la figura del Espíritu Santo, representado en forma de paloma por encima de estos dos personajes.
Aparecen estos rodeados de ángeles que, con los rostros llenos de dolor, llaman poderosamente la atención por sus ropajes llenos de colores llamativos, que el pintor de origen cretense aprendió a utilizar durante su etapa en Venecia en compañía de artistas como Tiziano, Tinttoreto o Veronés. Rojo carmin, verde esmeralda, azul turqusa o amarillo plátano son algunas de las acepciones que podemos darle a estos colores.
Destaca sobremanera la figura de Jesucristo, donde El Greco despliega todo su buen hacer, prácticamente desnudo, nos muestra una figura muy musculada, fruto de su admiración por Miguel Angel. Adopta una posición un tanto extraña, pero debemos tener en cuenta que es la figura de una persona que está muerta y que el movimiento ondulado de su cuerpo nos anuncia que no puede controlar sus movimientos, forzando en ocasiones la posición para destacar los músculos de la figura, como sucede en el brazo derecho. Su color blanquecino nos recuerda una escultura, pero pensemos que es una figura que representa a un muerto y que ya ha perdido el color de la carne en su cuerpo. El Greeco es un maestro a la hora de jugar con las diferentes tonalidades del blanco.

lunes, 5 de agosto de 2013

La Iglesia Gótica de Santa María del Mar en Barcelona


Esta iglesia fue construida en el siglo XIV y está muy relacionada con la construcción de las catedrales de Barcelona y Gerona, formando parte del núcleo de iglesias que engloban el estilo gótico mediterráneo que vive sus mejores momentos en esta época frente al gran esplendor de las catedrales góticas castellanas vividas en el siglo XIII y representado por las Catedrales de Burgos, León o Toledo.
Santa María del Mar inicia su construcción en el año 1329, cuenta la leyenda que el apóstol Santiago predicó en esta iglesia en el año 38, lo cual le ayuda a atraer personal. Las trazas primitivas de la iglesia corresponden al maestro Jaume Fabré que también habría diseñado la Catedral de Barcelona. La Iglesia finaliza su construcción en el año 1393.
La planta nos muestra una iglesia de tres naves separadas por grandes columnas y cubiertas con bóveda de crucería, la cabecera tiene una girola y nueve capillas radiales de forma poligonal, capillas de pequeño tamaño y abiertas a la nave como podemos observar, muchas de esas capillas pertenecían a los gremios, de manera que con la compra de las mismas contribuían a la financiación de la construcción.


Al interior la principal diferencia con las Catedrales castellanas del siglo XIII es que las diferencias de altura entre las naves casi se anula por completo, con lo cual son las ventanas de las naves laterales las que iluminan las naves. Eso permite dar la sensación de unidad, de planta de salón que permite apoyar las bóvedas directamente en esas grandes columnas que separan las naves, exactamente igual sucede en la cabecera de la iglesia de forma poligonal y apoyado en ocho columnas octogonales. Curiosas y de pequeño tamaño cada una de las 34 capillas que rodean la Iglesia, frente a la privacidad de las grandes familias, que eran quienes compraban las capillas en las catedrales castellanas con el fin de que sirvieran de lugar privado de reposo, en Cataluña se vendían a los comerciantes, que aparecen sin rejas y abiertas a la nave como podemos claramente observar en la fotografía.

Cabecera de la Iglesia de Santa María del Mar