Se trata de un extraño tema que trataron algunos de los artistas españoles no solo en pintura sino también en otros géneros artísticos, quizás el ejemplo más conocido de esta representación pictórica sea la mujer barbuda de José de Ribera, donde la representación se lleva al extremo de rechazo del personaje que se nos presenta amamantando a un niño mientras su marido observa la escena sin encontrar una explicación clara a lo que le está sucediendo a su mujer.
Brigida del Río. Barbuda de Peñaranda. 1590 |
Juan Sánchez Cotán es un pintor anterior a Ribera ya que se encuentra a caballo entre las últimas representaciones renacentistas y el inicio del barroco, nació en Orgaz, provincia de Toledo, en 1560 y murió en Granada en 1627. Trabajó intensamente en la ciudad de Toledo, en sus inicios tenía una fuerte influencia de algunos pintores que habían trabajado en El Escorial. En el año 1603 profesó como monje cartujo y se traslado a Granada donde pasó el resto de su vida.
Como pintor Sánchez Cotán destacó por su pintura religiosa, también por sus retratos de una gran delicadeza y sobre todo y ante todo es conocido por los bodegones, muy austeros en su composición y sobrios en los productos que presentan.
La obra que nos ocupa probablemente se trata del Retrato de la Barbuda de Peñaranda que podríamos fechar en el año 1590, por lo tanto habría sido realizado en su etapa toledana. La mujer la identificamos con Brígida del Río, que llegó a ser una persona popular a finales del siglo XVI, ya que aparece mencionada en varias novelas de género picaresco que se editan en ese momento.
Existía una cierta tendencia en la época a dejar constancia de exte tipo de personas extrañas, diferentes, que llaman la atención porque poseen algún tipo de rasgo fuera de lo común, lo observamos también en la idea de Velázquez al representar a los bufones de la corte, quizás con excesiva dignidad para la profesión a la que se dedicaban.
Otra cosa es lo que se pensaba acerca de ellas, ya que a estas mujeres se les asociaba en ocasiones con el pecado de lujuria y trato con el demonio, razón por la cual les habría aparecido esa barba tan destacada. Se trataba de cierto tipo de humores cálidos que serían propios del cuerpo masculino pero que aparecían en el cuerpo de la mujer
Quizás por eso Ribera para aclarar un poco la situación describe en su obra una enfermedad que se producía tras el parto en algunas mujeres y es que perdían el pelo de la cabeza al tiempo que lo ganaban en la barba y otras partes del cuerpo, sin duda se trataba de un exceso de hormonas masculinas segregadas por el cuerpo femenino, pero en ese momento quizás no estaban preparados para esta explicación y preferían asociar este tipo de anormalidades a cuestiones que tenían que ver con el pecado o directamente con el demonio.
Para más información sobre la mujer barbuda en la historia se puede consultar este completo estudio de Pilar Pedraza.
Bodegón del Cardo de Juan Sánchez Cotán |
No hay comentarios:
Publicar un comentario