El
11 de Noviembre de 1965 Joseph Beuys llevó a cabo una de las acciones más
absurdas que ha vivido el arte contemporáneo en toda su historia. Vestido con
un traje de fieltro y con la cara untada en miel y polvo de oro, se paseaba por
una galería de arte de Dusseldorf. En sus brazos tenía una liebre muerta y cada
poco tiempo se acercaba a ella para susurrarle al oído una explicación de los
cuadros que allí estaban expuestos.
La
gente que allí se dio cita miraban la performance con cara de estupefacción, el
artista estuvo tres horas paseando por la galería y ofreciendo al animal
explicaciones de los cuadros que estaban colgados.
Se
trata de una obra de arte conceptual donde el artista trata de transmitir una
idea al público que allí ha acudido que en todo momento y con atención plena se
cuestiona lo que Beuys está haciendo en cada momento. Los artistas conceptuales
se sitúan en los límites de la lógica. Una obra de arte es una especie de
proposición presentada dentro de un contexto artístico.
La
idea de Beuys era que la gente tomara conciencia de las dificultades que tiene
explicar el arte contemporáneo. Decía el artista que los animales, incluso los
animales muertos, tienen una mayor intuición que muchos humanos, porque al no
ser racionales no son capaces de cuestionarse las cosas que les explican.
La
cuestión que se plantea es si podemos considerar esto como arte, tenemos una
idea, un concepto que trata de transmitir y un público receptor que puede
reaccionar de manera positiva o con sensación de rechazo. Conviene recordar que
el ready-made que introduce Duchamp en 1917 cambia nuestra percepción del arte
al convertir cualquier objeto por extraño que sea en artístico por el simple
hecho de llevarlo a un museo. Pero no hace falta ir un siglo atrás sino que un
icono como Andy Warhol también hizo lo mismo cuando en 1964 expuso en Nueva
York un montón de cajas de las esponjas brillo, en este caso no se trataba de
la propia caja que podía comprarse en cualquier tienda sino de unas
reproducciones realizadas en madera con ilustraciones estampadas por medio de
serigrafías, eran algo más grandes que las cajas originales. Se trataba de 24
envases que mostraban el lado más amable de la sociedad de consumo. Se trataba
de una reproducción de los originales pero con una diferencia de precio
considerable, unos podíamos encontrarlos en cualquier supermercado y otros en
una galería de arte a un precio desorbitado. Entre las dos acciones no hay
mucha diferencia pese a que una nos provoque cierto rechazo y la otra sea mucho
más delicada.
Así
que cuando Beuys le habla a una liebre y analizando algunas de las acciones
llevadas a cabo en el siglo XX, debemos afirmar que se trata de una obra de
arte. Si Manzoni fue capaz de presentar y vender a precio de oro unas latas con
su propia mierda, por qué la performance de Beuys para explicar la dificultad
de percepción que existe en el arte contemporáneo va a ser menos?
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