domingo, 2 de noviembre de 2014

Los inicios de la fotografía. Eugene Atget

Este fotógrafo francés está considerado como el primer artista fotográfico que ha dado la historia del arte, pero vivió siempre fuera del sistema del arte y su reconocimiento llegó posteriormente, cuando ya había fallecido, cosa que ocurrió en la ciudad de París en 1927


Si tenemos que trazar un pequeña biografía de Euegene Atget veremos que la mayoría de las actividades que realizó durante su vida están marcadas por el fracaso. Nacido en el año 1857, quiso ser actor e inició estudios en la escuela de arte dramático, trabajo viajando durante diez años donde solo consiguió papeles secundarios hasta que se estableció en París con idea de iniciar una carrera como pintor, pero su trabajo no tuvo ningún impacto, con lo que volvió a cambiar e inclinó sus esfuerzos a ser fotógrafo, en este momento tenía 40 años y un pequeño estudio en París.
En esa ciudad vivió el resto de su vida pobre e ignorado, vendía sus fotos por unas monedas a gente tan extraña y excéntrica como él. Cuando murió dejo realizadas más de 4000 fotografías que representan la vida diaria en el París de principios del siglo XX, lo mismo retrata lugares, profesiones, modos de vida, monumentos, parques, vendedores, prostitutas, se trata de un modo de vida que va a desperecer con la llegada del nuevo siglo en la ciudad del amor.
Los marchantes y agentes de publicidad nada supieron de este hombre que vendía sus fotografías por algo mas que el precio de una postal. Es uno de los artistas que mas influye en el surrealismo, le gustaba representar gente que se reflejaba en los escaparates de la calle, una visión que tenía algo de fantasmal. A los surrealistas les gustaba como representaba objetos familiares y los aislaba de su relación con el entorno desactivándolos de su función o dándoles una nueva.
Atget nunca presto atención a la representación de grandes paisajes sino pequeños detalles, donde en muchos casos la imagen está vacía, por ejemplo lugares completamente vacíos de gente. Pero muchas de sus fotografías tienen algo especial, aunque solo sea un documento de una ciudad y un momento concreto de su desarrollo histórico. La efervescencia del Paris de principios del siglo XX, una ciudad que vio nacer casi todos los movimientos conocidos de vanguardia que cambiaran la historia de la pintura y también la historia del arte.

El Eclipse, 1912. La imagen fue portada de la revista nº 7 de El Surrealista

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