Hal Foster es uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo, sus trabajos relacionados con el arte y con la estética están muy considerados. Sus libros marcan la pauta no solo del arte sino de la relación de éste con la sociedad. Su último libro publicado se llama Malos Nuevos Tiempos y ha sido publicado por la editorial Akal. En este libro hace un repaso a algunas de las últimas tendencias del arte contemporáneo que queremos resumir en este post.
Grand Pop Paul McCarthy |
En primer lugar habla de como algunos artistas se decantaron por el arte abyecto en la década de los 80 y la década de los 90, quizás como una manera de oponerse al fin de los movimientos que vanguardia que se producen en esa época con los últimos coletazos del minimalismo y el inicio de la posmodernidad. Señala Foster que la sociedad se fundó con una oposición a lo anal que se ha mantenido a lo largo de los siglos y que estos artistas tratan de sacar a la luz. Hablamos de las obras de Mike Kelley, Paul McCarthy o John Miller.
En segundo lugar tenemos a los artistas archivistas, Thomas Hirschhorn puede ser un ejemplo de ellos. Podemos compararlo con esos altares improvisados que surgen en las diferentes ciudades después que se produce un atentado, allí se atesoran objetos y mensajes de todo tipo acompañados de velas y flores o bien quioscos que incluyen todo tipo de información sobre un tema deseado. Según palabras del propio artista, se trata de conectar aquello que no se puede conectar.
Tenemos otros artistas que se dedican al tema del archivo, por ejemplo Tacita Dean, sus obras reflejan objetos que fueron creados con una visión futurista pero que fracasaron en su intento y fueron abandonados, se trata en muchos casos de un pasado heterogéneo e incompleto.
Joaquim Koester presenta historias desconocidas que sucedieron hace tiempo y que sirven como elemento de reflexión para el espectador, aspectos que pudieron suceder y que desconocemos.
Un tercer aspecto estaría conectado con la instalación a modo de diorama de diferentes objetos, conecta con la idea de los dadaistas que en 1916 querían poner el arte y la cultura al servicio del espectáculo y presentarlo al público como un programa de variedades. Rober Gober puede ser uno de los artistas que nos sirva como ejemplo de esta corriente.
Un cuarto aspecto tiene que ver con lo precario, lo que trata de denunciar una situación social en la cual el gobierno no quiere implicarse. Foster indica que lo lastimero es uno de los símbolos de lo precario. Es como esos cartones que exhiben algunos pobres en la calle que informan de una situación triste cargada de faltas de ortografía y de sinceridad. La precariedad y la emergencia se encuentran unidas. Thomas Hirschhorn ha trabajado también este tema.
Por último afirma el autor que se ha producido una vuelta a lo performativo. La performance como proceso que sirve para activar al espectador.
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