Repasando alguno de los textos escritos por Walter Benjamin y publicados en 1931 en tres números de una revista alemana bajo el título Breve Historia de la Fotografía, nos damos cuenta de que para él existían fotografías que tenían aura y otras en las que este aura ya no aparece. El aura sería un campo energético que rodea o personas u objetos, un halo invisible para la mayoría de seres humanos.
Uno de los pescadores de New Haven por David Octaviu Hill |
¿Hubo pues un momento en que la fotografía tenía aura? Para Walter Benjamin si, será sobre todo con el los primeros pasos de esta disciplina cuando se consiga ese aura. Es muy posible que sea debido a la cantidad de tiempo de exposición necesaria para tomar la foto. Pensemos que para captar la luz suficiente eran necesarios varios minutos de exposición antes de finalizar el proceso. Por eso da impresión de que algunas fotografías parecen algo quemadas debido a ello.
Pero Benjamin no alude al aura solo porque las fotos parezcan sobre expuestas a la luz sino también porque están hechas para perdurar. Es decir en un primer momento las fotografías son únicas, irrepetibles, han sido realizadas con una finalidad concreta que van a cumplir. Los retratos realizados por David Octavius Hill para pintar la primera Asamblea de la Iglesia Escocesa tienen como finalidad poder individualizar a cada uno de los 500 personajes que aparecían en ese evento y así poder pintarlo. Cuando el mismo artista retrata a los pescadores y familiares en New Haven ocurre lo mismo, esas fotos tienen mucho de artístico, ya que intentan transmitir un estado de animo.
Una calle de París por Eugene Atget |
En el momento en que la foto se ha tomado con la finalidad de crear una copia, pierde todo aquello que tiene de artístico y según Benjamin el aura desaparece, son para él "fotos vacías de seres humanos" porque su finalidad es ser reproducidas en un periódico o revista y contamos con decenas o miles de copias que han sido vistas por el mismo número de personas. Los periódicos al principio no contaban con imágenes pero poco a poco las imágenes fueron sustituyendo a la palabra y transmitiendo un mensaje que desvirtúa la finalidad artística de la fotografía. Todo se viene abajo cuando se establezca el concepto de actualidad y fotografía.
Artísticas son las obras de Eugene Atget en París, un fotógrafo capaz de salir del ambiente del retrato y mostrar la ciudad, buscando aquello que estaba perdido, las partes más escondidas. Sus obras tienen un aire romántico.
Artísticas resultan las obras de Auguste Sander porque hay en ellas un discurso conceptual en el que la sociedad está divida por clases y grupos que va clasificando según un criterio propio.
Resulta curioso intentar reflexionar sobre estas palabras de Walter Benjamin en nuestra sociedad actual, cuando la fotografía lo ha invadido todo. En un momento en el que no somos nada sin la reproducción. Actualmente somos capaces de ver y asumir un número de imágenes tremendo a lo largo de un mismo día. ¿Cuantas imágenes vemos en un solo día en revistas, periódicos, anuncios, redes sociales? Pueden ser 1.500, 2000 imágenes diarias. La fotografía perdió sus esencia para Walter Bejamin en la década de los 30, si viviera ahora mismo quizás se habría vuelto loco con el uso indiscriminado y la democratización de la fotografía en los teléfonos móviles, sin aura, sin relación con lo artístico, simplemente como un hecho documental del "yo estuve allí" incluso del selfie efímero en busca de algunos likes.
Uno de los retratos de Auguste Sander |
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