domingo, 3 de diciembre de 2017

Lecciones de Paul Klee para ser buen artista

Este artista de origen Suizo afincado en Alemania no solo se dedicó a su oficio de pintor sino que también trabajó como profesor enseñando teoría del color en la escuela de la Bauhaus durante diez años, concretamente entre 1921 y 1931.


Normalmente aprendemos a asociar los colores en nuestra mente cuando somos unos niños, pero es cierto que dentro de cada color existe una gama casi infinita de matices en la que quizás deberíamos fijarnos. Klee prestaba atención a todos esos matices para así crear millones de colores. Es parecido a la inmensa lista de pantonés que podemos encontrar en el estudio de cualquier diseñador gráfico o a las mezclas de color que podemos realizar actualmente con Photoshop.
Había una serie de claves que enseñaba a sus alumnos y que sería bueno comentar:
Les hablaba por ejemplo de la importancia de la línea, partiendo de un punto podemos prolongar esa línea que posteriormente nos ayuda a dotar de expresión a la obra.
Estaba muy interesado por el movimiento, tratando de introducirlo siempre en sus composiciones. Algo parecido sucede con la naturaleza, el artista decía que cualquier obra, fuera figurativa o abstracta debería estar inspirada en formas de la naturaleza.


Hacía que los estudiantes representaran el sistema circulatorio del ser humano. Este tipo de estructuras eran de su interés, por ejemplo las ramas que van creciendo desde un tronco común o una estructura vista de una mapa de los diferentes rios y sus afluente que finalmente desembocan en el mar o el océano.
Después de estudiar las líneas y los planos comenzaban a trabajar con el color. Creaba composiciones de colores en las que unos se oponían a otros, todo ello basado en un dibujo del año 1809. Así el rojo se oponía al verde, el naranja se oponía al azul y el amarillo al violeta. Realizaba conexiones entre el color y la música. Las composiciones de color, como la música, podían ser armoniosas o disonantes, dependiendo de las parejas que pudiéramos establecer.
Para finalizar invitaba a sus alumnos a fijarse en los grandes maestros. La clave del éxito estaba en conocer cuáles habían sido las claves que llevaban a estas figuras al triunfo. La manera era trabajar con grandes obras, reduciendo sus composiciones a simples líneas, formas o colores que poder aplicar a posteriores trabajos personales.
Hasta aquí las teoría de Paul Klee para ser un buen artista que intentó transmitir a sus alumnos.


2 comentarios:

  1. Es un blog muy bonito, quisiera solicitar el permiso de mostrar este trabajo a mis estudiantes de 7°, 8° y 9°. Muchas gracias

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