Zuloaga es un pintor que vive la transición entre los siglos XIX y XX en España, aunque parece ajeno a lo que sucede en Euorpa durante los primeros años del siglo XX, cuando numeroso estilos que conocemos como movimientos de vanguardia, traten de revolucionar el arte y darle un nuevo sentido con estilos como el cubismo, el fauvismo, el futurismo o la pintura abstracta.
Si tenemos que definir el estilo en el que trabaja Zuloaga diremos que es un pintor con fuerte influencia del realismo y del costumbrismo. Este último estilo tuvo mucha repercusión en muchos pintores españoles y el propio Pablo Picasso lo practicó en sus obras de juventud. Pero si Picasso fue capaz de evolucionar buscando nuevas metas para la pintura, Zuloaga parece un pintor mas estancado en la representación de personajes populares, a veces bastante rudos, en sus obras.
Frente a los pintores alegres que trabajan en la misma época. Es decir frente a la corriente luminista representada por Sorolla, máximo representante español del impresionismo, Zuloaga se acerca más a una visión adusta y un tanto trágica de los personajes que representa, normalmente con tonalidades oscuras, quizás influido por una corriente trágica representada por artistas como José de Ribera y sus martirios o Francisco de Goya y sus desastres de la guerra y pinturas negras. Todo ello sin olvidar a otro maestro que trabaja en la misma época y que también transmite esta visión trágica, acorde con las ideas de la generación del 98, en muchos de sus trabajos, estamos hablando de José Gutierrez Solana.
Zuloaga era de origen vasco, provenía de una familia de artesanos, aunque pasó gran parte de su vida en Castilla y León, concretamente en Segovia y también en la villa de Pedraza donde poseía un castillo. Su formación la realizó tanto en España como en el extranjero, ya que viajó para formarse tanto a París como a Roma.
El realismo bastante crudo es una de las referencias de su obra, sobre todo en la representación de Castilla, donde lo dramático adquiere un papel principal en su obra.
Al igual que Goya fue un gran aficionado a los toros e incluso trató de ser torero como el genio aragonés pero sin mucho éxito, así que también podemos observar este tipo de temática en alguno de sus trabajos, con la misma crudeza, en muchos casos, que en la mayoría de su obra.
El urbanismo tampoco es ajeno a su trabajo, ya que en sus diferentes retratos o representaciones populares, los edificios forman parte del paisaje, integrándose con la obra. Se trata de múltiples edificios que existían en los distintos pueblos del España.
El realismo crudo de su obra no hace que los personajes pierdan su dignidad pese a su condición de pobreza.
Zuloaga falleció en el año 1945.
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