domingo, 16 de julio de 2017

Definición de posverdad

Vamos a tratar en las siguientes líneas de explicar de forma sencilla y simple lo que significa la palabra de moda que mucha gente usa. Esta palabra fue elegida como palabra del año 2016 por el diccionario Oxford debido a los hechos sucedidos tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos a lo largo del año con el referéndum de permanencia en la Unión Europea o la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.


Quizás es bueno comenzar con un ejemplo. Neil Farage eurodiputado que estaba en contra de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, antes de celebrar el referéndum, lanzó un menaje corto y claro, cada semana que el Reino Unido estaba en la UE podía recuperar 350 millones de euros para invertir en su país. Un día después de la celebración del referéndum Farage aclaró que esa afirmación no era cierta, pero ya no importa, porque ese mensaje había calado en las capas más humildes y desfavorecidas de la sociedad que votaron por la salida del Reino Unido.
Se trata pues de una mentira, puede ser, pero más que una mentira es un mensaje lanzado por los políticos para defender sus propios intereses y su permanencia en el poder. Hay quien dice que el engaño masivo es algo típico de las sociedades totalitarias, la mentira puntual y escandalosa es típico de las democracias y la posverdad es algo típico de las posdemocracias y se trata del momento que estamos viviendo.
En una sociedad completamente saturada de información muchas veces es complicado distinguir lo que es verdad de lo que es mentira, con las redes sociales. Los grupos políticos han encontrado una manera muy eficaz de que sus seguidores extiendan sus mensajes de forma rápida y sin tan siquiera preguntarse por el mensaje que están extendiendo. Lo hacen porque lo piden los suyos, pero al extender ese mensaje llega a muchas personas que deben decidir sobre el mismo y en muchos casos posicionarse a favor o en contra, se trata de una manipulación en toda regla.
Vamos con otro ejemplo, el Partido Popular puede extender en las redes su mensaje corto y claro: este partido lucha contra la corrupción. Pero lo cierto es que no es así, ya que el partido se ha visto salpicado por decenas de escándalos, una dudosa financiación, relevantes políticos en la cárcel o que han tenido que pasar por juicios, obras pagadas en dinero negro y defensa de muchas personas imputadas hasta que son expulsados del partido, cuando la situación llega al límite. Si analizamos todos estos datos no parece que la colaboración en este aspecto sea grande y son solo unos pequeños ejemplos de lo que ha pasado, pero este mensaje ha sido extendido a través de los medios de comunicación y a través de las redes sociales, con lo cual hay gente que se cuestiona si será cierto que están luchando contra la corrupción y haciendo todo lo posible por evitarla.
Por tanto apelando a las emociones y a las creencias de cada uno se consigue la efectividad de un mensaje que no importa si es cierto o no. Esas emociones pueden más que lo que la opinión pública opina sobre el tema. Se trata pues de una comunicación para creyentes.
En época prefascista los medios de comunicación extendieron una propaganda que alimentaba el miedo y el odio y manipulaba a las masas hasta empujarlas a una guerra sin sentido que causó millones de muertos.
Ante esto la pregunta es si vivimos una situación similar. Por ejemplo después del 11 de Septiembre, ¿hemos sido manipulados? Las imágenes de las Torres Gemelas cayendo o la gente que se arrojaba por las ventanas han sido utilizados para justificar el ataque a otros países con la excusa de que existían armas de destrucción masiva. Pensemos en el mensaje, corto directo y que se extiende con facilidad por todos los medios: "Irak tiene armas de destrucción masiva". ¿Este mensaje es cierto? Sabemos perfectamente que no. ¿Supone por tanto una manipulación de la sociedad? Si. Es una manipulación sin posibilidad de retorno porque no se puede rectificar con la pérdida de vidas humanas que implica. La novedad es que no importa si el hecho que se difunde ha sucedido o no, quizás este hecho abre un camino que no tiene retorno y que se antoja muy peligroso.
Muchas de las ideas que aparecen en este texto están tomadas del libro En la era de la posverdad, un libro de ensayos coordinado por Jordi Ibañez Fanés de cuya introducción hemos tomado algunos párrafos. El libro está publicado por la Editorial Criterios en Barcelona 2017


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