domingo, 16 de abril de 2017

La fotografía de identidad de Cindy Sherman

Nos encontramos hoy ante una de las grandes fotógrafas de mundo contemporáneo, no solo por la calidad de las fotografías que viene realizando desde los años 70 hasta la actualidad, sino porque esas fotos intentan transmitir un mensaje que va más allá de la belleza estética.


Pese a que Cindy Sherman no había tenido relación con el arte en su juventud, se orientó a esta disciplina cuando estudió en la Universidad de Buffalo. Al terminar sus estudios se dedicó a la pintura, pero se dio cuenta de que era una disciplina agotada, en la que solo podía repetir o copiar cosas que ya habían realizado otros artistas, por eso decidió probar con la fotografía ya que era mucho más abierta para el mensaje que ella quería transmitir.


Tenemos que tener en cuenta el contexto histórico en el cual comienza a desarrollar su obra, un momento en el que la mujer utiliza su cuerpo para reivindicar su propia feminidad, bien a través de la performance o como hace Cindy Sherman con la fotografía.


Podríamos decir que las obras de primera época de Cindy Sherman tratan de reivindicar el cuerpo de la mujer, representado en diferentes situaciones, evocando películas de cine negro, con escenas protagonizadas por ella misma, no exentas de cierto erotismo, disfrazada con todo tipo de ropajes y pelucas, en un ambiente de cierto misterio ante la situación que está a punto de suceder. Se trata en muchos casos de un arte que trata de reivindicar el papel de la mujer, pero de forma muy sutil, placentera incluso para los hombres que observan este trabajo. Se trata de mujeres coquetas situadas en un lugar donde ocurre algo más profundo.


A lo largo de su carrera se ha ido produciendo una evolución en la que no ha variado el personaje, porque es la propia artista la que siempre aparece en las fotos, pero ha tratado de representar distintos temas que ampliaran la visión de estos trabajos de primera época. Así, frente al disimulado erotismo de las fotos de los años 70 y los años 80, a finales de esta década realizará algunas fotos donde lo desagradable es el protagonista. También ha adquirido diferentes roles, desde la recreación de algunas imágenes icónicas de la historia del arte a diferentes tipos de mujer, donde el paso del tiempo inexorable, va haciendo sus estragos en su cuerpo y en su rostro, cuando se muestran las primeras arrugas, disimuladas en lo posible con el maquillaje.


Nunca ha perdido la idea de representar el papel de la mujer en la sociedad, tratando de ubicarlo, de criticarlo, de forzar al espectador a una reflexión sobre él mismo. Ella, en sus múltiples papeles, interpreta el comportamiento de su género, sin posicionar, simplemente dejando que cada uno extraiga sus reflexiones.


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