Hoy vamos a tratar una de las esculturas más conocidas de todos los tiempos, obra de un autor completo como Miguel Angel que dominaba todas las artes, le conocemos en su faceta de arquitecto trabajando en San Pedro, en su faceta de escultor con la obra que nos ocupa y de pintor con los frescos realizados en la Capilla Sixtina.
Quizás lo primero sea hablar sobre el material, ya que la obra está realizada en mármol, un material duro pero típico en la escultura italiana, que se inspira en las obras de la estatuaria clásica griega o romana, siendo el bronce o el mármol sus principales formas de tallar. Recordemos por ejemplo que en España la tradición es realizar la talla en madera pintada en contraposición con lo que acabamos de describir.
La obra formaba parte de lo que debería ser la tumba del Papa Julio II. Lo decimos de una manera tan ambigua porque en un principio se había realizado un proyecto en el cual aparecían más de 50 figuras pero que con el paso del tiempo se vio reducido, para enfado de Miguel Angel. Finalmente solo fueron 6 las figuras que aparecen representadas, entre ellas este impresionante Moisés. También la ubicación cambió ya que el destino inicial era la Basílica de San Pedro aunque finalmente la obra se encuentra en la iglesia de San Pietro in Vinculi, realizada gracias a la aportación económica de la familia del Papa.
La figura que nos ocupa representa a Moises que sujeta las tablas de la ley, que acaba de recibir, y que lleva bajo su brazo izquierdo, al mismo tiempo con su mano derecha parece estar mesando su barba. Se trataría del momento en que Moisés, tras recibir las tablas sagradas, desciende del Monte Sinai, pero se da cuenta que la gente de su pueblo se encuentra adorando un becerro que han realizado recolectando oro y objetos preciosos entre todos los que caminan por el desierto. De manera que Moisés se enfada muchísimo y su reacción será arrojar las tablas al suelo para romperlas viendo se que su pueblo ha caído en el paganismo cuando es el propio Dios el que le ha ayudado a salir de Egipto venciendo numerosas dificultades.
Esa tensión de la que estamos hablando se puede apreciar en la figura de Moises que está representado con una emoción contenida, justo en el momento en el que su enfado le va a llevar a levantarse para romper las tablas y preguntar al pueblo sobre lo que está haciendo.
Hay un par de detalles curiosos que debemos comentar, primero es que la figura tiene cuernos en la cabeza, esto se debe a una mala traducción realizada por San Jerónimo que interpreta como cuernos lo que debería ser rayos de luz, aunque el error ya estaba corregido en la traducción Moisés prefiere mantener a la figura con esas protuberancias en la cabeza.
En segundo lugar es una pequeña marca que tiene en su rodilla derecha, parece que consecuencia de un golpe realizado por el propio autor al acabar la escultura, cuando dirigiéndose a él le preguntó que porque no hablaba, viendo la perfección con la que había sido realizada su obra.
Todo representado con esa forma tan impresionante típica de Miguel Angel, de figuras masivas, grandes, fuertes, con gran diferenciación muscular y en este caso con la tensión tanto en venas como en músculos producida por el momento antes de realizar una acción violenta.
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