Al contemplar esta obra nos encontramos ante uno de los iconos políticos del siglo XIX y también uno de los cuadros más reproducidos por la trascendencia y el mensaje que la obra nos transmite.
Estamos pues ante una obra de tipo político, cuyo tema trata de convertirse en un icono simbólico de lo que debe ser la libertad en este caso. Un camino que había sido iniciado por Francisco de Goya, cuya preocupación política y su alto sentido patriótico se refleja en muchas de sus obras. Se trata de la representación de hechos históricos, pero al mismo tiempo el artista toma un posicionamiento de acuerdo a sus ideas y que sirven como dispositivo de reflexión ante el hecho que ocurrió.
En este caso para esta obra debemos situarnos en el año 1830, cuando la restaurada Monarquía con el rey Carlos X dictó una serie de normas que suprimían el parlamento y tenían la intención de restringir la libertad de prensa. Ante esta actitud hubo muchas protestas que terminaron en una revuelta con montón de gente en la calle que trataban de luchar contra estas restricciones.
Fue mucha la gente que participó en la revuelta y de toda clase social, por eso en el cuadro podemos ver que quien realmente esta guiando al pueblo es el ansia de libertad, no ningún personaje en concreto. Al mismo tiempo entre las personas que podemos ver se mezclan todo tipo de personajes, desde ricos con sombrero de copa a andrajosos que se encuentran a su lado unidos por un ideal común (el personaje con sombrero de copa parece ser un retrato del propio Delacroix que no participó en la revuelta pero quiere dejar constancia de que estaba de acuerdo con sus ideales).
La libertad como vemos arrasa con todo aquel que se opone a ella, por eso algunos muertos, quizás servidores públicos del propio rey aparecen muertos a los pies de esa mujer que guía a los revolucionarios.
La libertad representada como una mujer con el pecho descubierto, lo cual parece que fue un pequeño escándalo en la época. Una figura que podemos comparar con otras obras icónicas de la historia del arte como la Victoria de Samotracia o la representación de Venus, con un cuerpo tan sensual como el que podemos contemplar aquí.
Sería bueno reflexionar sobre si seríamos capaces de hacer algo así en nuestra época por un ideal tan noble como la libertad o si vivimos en un conformismo y con un estatus que nos impide volver a tener una actitud revolucionaria, algo que nos suena rancio y alejado de nuestra realidad cotidiana. La manipulación ejercida por los políticos, medios de comunicación y grandes empresas parece que nos hace vivir en un sueño eterno dopados por un espectáculo que día tras día se repite impidiéndonos analizar todo aquello que realmente es importante.
increible muy bueno
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