El arquitecto Juan de Herrera representa la última etapa del renacimiento en España representada por el clasicismo, una forma de construir que difiere de lo que se había hecho hasta ese momento en España, donde los ojos se vuelven definitivamente a Italia en particular y la mundo clásico en general.
Puerta acceso Monasterio de El Escorial |
Y es que el renacimiento en España está cargado de detalles y pequeños matices que varían según el arquitecto del cual estemos hablando. El comienzo del renacimiento no es ni siquiera una forma de construir sino de decorar algunos edificios que todavía tenían trazas de estilo gótico. Esa carga decorativa incluye algunos elementos tomados del arte italiano, como los grutescos o la inclusión de pequeñas figuras desnudas que decoran las fachadas y ventanas de estos edificios. Sin duda es el momento más original de arte español, la mezcla de la tradición gótica, la profusión decorativa musulmana y unos pequeños detalles del renacimiento italiano.
Esa fase primera se va superando poco a poco y se introducen algunos elementos constructivos que podemos ver en diferentes palacios e iglesias realizados a mediados del siglo XVI, la formación de algunos arquitectos, en algunos casos sus viajes a Italia, harán que desaparezca la carga decorativa (aunque no del todo) y se concentren más en los elementos estructurales. Algunos de los nombres como Diego de Siloe o Pedro Machuca tratarán de acercarse al renacimiento italiano.
Biblioteca del Monasterio de El Escorial |
La tercera del renacimiento está representada por el arquitecto Juan de Herrera que vivió entre 1530 y 1597 y por uno de sus edificios más emblemáticos, el Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
En el desarrollo de sus obras tiene mucho que ver el rey Felipe II que tiene muy claro el estilo con el que deben construirse los palacios que quiere realizar en España. Los viajes realizados por Europa le abren los ojos a una nueva concepción de la arquitectura y del jardín, que se verán plasmados en sus realizaciones. Desde muy pequeño contó con libros de arquitectos italianos en su biblioteca y sabía perfectamente por donde se estaba moviendo el arte en ese momento.
Si algo define el Monasterio del Escorial es la ausencia de carga decorativa con la que contaban los edificios anteriores, ya no encontramos grutescos, ni escudos, nada de cresterías o cualquier elemento superfluo que pueda distraer la atención del espectador.
Por otra parte el edificio sigue las normas clásicas de construcción, aquello que los italianos decían sobre los edificios que deberían estar hechos "a la romana", cumpliendo una serie de normas, como por ejemplo la superposición de columnas con diferente capitel dependiendo del piso en el que estuviéramos, dórico para el primero, jónico para el segundo, corintio, para el tercero y compuesto si existían un cuarto, como podía verse por ejemplo en el Coliseo de Roma y que Juan de Herrera repite en el altar mayor de la iglesia que se encuentra en el centro del monasterio.
Otras obras de este arquitecto también se pueden observar en otros lugares de España, siempre por iniciativa del rey Felipe II, hablamos por ejemplo de la Catedral de Valladolid, que no llegó a terminarse por falta de fondos o del Archivo de Indias en la ciudad de Sevilla.
Proyecto de Juan de Herrera para la Catedral de Valladolid |
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