La iglesia románica de Santa María de Tahull se encuentra en el Vall de Boi, donde se concentran un grupo de iglesias que fueron edificadas en el primer románico, es decir entre los años 1000 y 1088. Se aprecian algunas características de este estilo en el exterior de la iglesia cuya cabecera está decorada con arquillos ciegos y bandas lombardas que pueden llegar a España por mar desde la zona de Como en Italia.
En su interior estas iglesias estaban pintadas, tanto en el ábside principal como en los muros laterales, en el románico no se concibe una iglesia sin pintura, también en ocasiones en el exterior para decorar pórticos, columnas o capiteles. En la mayoría de los casos estas pinturas se han perdido.
La técnica que utilizaban es la pintura al fresco, con ello tenían una limitación de tiempo para poder pintar, ya que debían preparar la pared con una mezcla de cal y arena fina y sobre ella aplicar unos colores acuosos que tardaban unas siete horas en secarse, por eso el artista debe ir a toda pastilla para realizar su trabajo.
En el abside de la iglesia de Santa María de Tahull (ahora conservado en el Museo de Arte de Cataluña) se representa una escena que conocemos como la Epifanía, es decir los reyes magos se disponen a entregar regalos al niño, le entregan oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre, cubriendo así todos los atributos de su figura.
Resulta curioso que los tres reyes son de color blanco, recordemos que según la tradición y como podemos observar en muchas otras pinturas el rey Baltasar es de color negro, aquí incluso podemos identificar a cada rey con su nombre, ya que aparecen escritos junto a sus figuras en el ábside de la iglesia.
La Virgen sigue el modelo bizantino de Teotokos, es decir la figura de la madre es como un asiento donde el niño se recuesta y donde no existe ninguna comunicación entre la madre y el hijo, de hecho al niño se le ve como demasiado mayor para la edad que debe tener bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo un rollo de papel en su mano izquierda. Ellos, tanto madre como hijo, aparecen dentro de una mandorla o forma parecida a una almendra. Esta situación de falta de comunicación cambiará en el gótico donde la actitud de la Virgen será mucho mas maternal recibiendo respuesta por parte de su hijo.
Todo con esos colores tan vivos que podemos observar en estas iglesias y que tienen influencias del este de Europa.
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