Hoy vamos a hablar de uno de los mejores ejemplos del gótico del siglo XIV en España, el que conocemos como gótico mediterráneo, ya que las mayoría de los edificios de esta época se construyen en la zona de Cataluña, Valencia y las Islas Baleares. Se trata de un momento de inestabilidad en Castilla aprovechado por el reino de Aragón para desarrollar gran cantidad de obras en las ciudades más importantes del reino.
Si observamos la planta del edificio veremos que existen algunas diferencias entre las catedrales clásicas castellanas y estas obras mediterráneas. La primera es que se abandona la diferencia de altura entre las naves, de manera que es mínima entre la nave central y las laterales, llegando la iluminación al interior a través de los muros laterales. Tanto es así que por ejemplo en Gerona pasaron bastante tiempo discutiendo si realizan una o tres naves y quizás debido a esa falta de diferencia decidieron realizar solo una nave dividida en cuatro tramos que están cubiertos con bóveda de crucería.
Al llegar a la zona del altar mayor si se divide la iglesia en tres partes, dos que corresponden al deambulatorio que nos permite girar alrededor del altar mayor, que sería la tercera parte en la que se divide esta zona de la cabecera. Si existe en este caso una diferencia de altura considerable entre el altar mayor y la zona de la girola. Ello sirve al exterior para incluir arbotantes que ayudan a recoger el peso de las bóvedas del altar y depositarlo en los contrafuertes que se adosan al muro del edificio.
Otra de las características de estas iglesias son las capillas con las que cuenta, muchas y todas ellas abiertas a la nave no cerradas y cubierta por rejas como en Castilla. En la zona mediterránea las capillas no eran privadas no pertenecían a una familia noble o algún eclesiático, sino que pertenecían a diferentes gremios que las usaban para incluir imágenes de su patrón o celebrar festividades conjuntas.
Muy característicos de esta catedral son los rosetones que encontramos en la zona de la cabecera y que se sitúan por encima de las bóvedas de crucería, tanto en la zona central donde el rosetón es más grande, como en el deambulatorio que cuenta con dos de menor tamaño.
Resulta curioso como descarga el peso de las bóvedas de crucería sobre finas columnillas, que, apoyadas en contrafuertes, descargan el peso a la zona inferior de los muros del edificio.
También son muy típicos los pilares que recogen en el altar mayor el peso de las bóvedas y que permiten el paso desde la girola al altar mayor, dando una sensación de espacio y libertad de movimientos bastante grande.
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