domingo, 20 de noviembre de 2016

El escultor barroco Pedro de Mena para niños

Estamos ante un artista que es una de las figuras más destacadas a nivel nacional durante la segunda mitad del siglo XVII, época en la que desarrollo su actividad, difundiendo obras por toda España y creando modelos iconográficos que se distribuyeron por iglesias y conventos de clausura.


Pedro de Mena era granadino, en la ciudad nazarí vió la luz en el año 1628, entre la ciudad de Granada y la de Málaga repartirá su vida, ya que un encaro le movió hasta allí, pero no un encargo cualquiera, sino la realización de la sillería del coro de la Catedral de Málaga, que posiblemente sea junto a la de Toledo, las de mayor calidad que tenemos en España.
En Granada debió aprender el oficio junto a su padre Alonso de Mena de quien aprendió algunos modelos de representación, pero su padre falleció pronto y él se hizo cargo de su estudio con tan solo 18 años. En unos años colaboraría con él en el estudio Alonso Cano, que había regresado desde Madrid debido a una acusación de asesinato. Esta colaboración será decisiva ya que la delicadeza de las obras de Alonso Cano y la expresión de los rostros se verá acrecentada en la obra de Pedro de Mena que tomó de este su maestro muchas características para sus obras.

Dolorosa. Convento de Madres Carmelitas de Alba de Tormes

La expresión decimos es una de las maneras de reconocer las obras de Pedro de Mena, una piel que parece porcelana, las cejas onculadas, los ojos abiertos, la boca entreabierta donde pueden apreciarse los dientes, todo para crear figuras que esperan rotas por el dolor acompañadas de cantidad de ropajes que se superponen unos a otros de forma finísima.
Muchos son los modelos importantes que realizó nuestro artista, figuras de San Pedro de Alcantara, San Francisco de Asis, María Magdalena o Inmaculada son algunas de sus figuras más conocidas. Pero cabe destacar algunas figuras que repartió por conventos de todo el país y que normalmente se vendían en grupo, se trata de las representaciones de la Dolorosa y el Ecce Homo, figuras de busto en muchos casos que servían como inspiración a los monjes y monja para realizar sus oraciones frente a ellas.
Pedro de Mena vivió 60 años y falleció tras 30 años de estancia en Málaga, concretamente en el año 1688. Como decimos tuvo mucho éxito en vida lo que le proporcionó el poder llevar una vida acomodada.

Detalle del rostro de una figura del Ecce Homo. Pedro de Mena

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