Octaviano, mas conocido históricamente como Augusto, marca la transición entre el final de la república romana y el principio del imperio al que da origen. Ninguno de los emperadores quería designarse como rey, ya que esta figura estaba completamente desacreditada en Roma después del fracaso monárquico y el establecimiento de la república en el siglo VI a.c.
De hecho Augusto, al igual que hizo Cesar, intentaba continuar con un sistema republicano basado en su persona, donde al principio era elegido como cónsul cada año pero que terminó sin que nadie cuestionara su figura como dictador perpetuo, otra palabra esta que tampoco gustaba tras las experiencias de Sila o el propio Julio Cesar.
El Ponfifex Maximus representaba el cargo religioso más importante en Roma establecido prácticamente desde la fundación de la ciudad, tenía no solo capacidad religiosa sino también política como órgano consultivo tanto del monarca como de la república. Será a partir de Augusto cuando este cargo recaiga directamente en los emperadores.
Y es que Augusto trató por todos los medios de transmitir una imagen divina, su gobierno sería el de un nuevo renacer en la ciudad de Roma, un nuevo principio, la reencarnación de Romulo. Consideraba tener un origen divino por dos partes diferentes, una como hijo (adoptivo) de Cayo Julio Cesar. Si Cesar era considerado un dios, su hijo no podía ser menos que su padre.
Por otro lado trató por todos los medios de conectar su origen con el fundador de la ciudad de Roma, no solo con Rómulo sino con Eneas, que fue el joven que huyendo trajo consigo la espada de Troya durante la destrucción de la ciudad en una fecha cercana al año 1200 a.c El origen de Eneas, perfectamente descrito por los Virgilio está conectado con los dioses, con intervenciones de Jupiter y Venus. Conectarse con Eneas significa reclamar un origen divino para la dinastía Julia que con él comienza con un extenso periodo de gobierno que él mismo se encargó de engrandecer acompañado por múltiples escritores e historias en torno a su persona y a sus hechos.
La clave de su acceso al poder y su posterior victoria estuvo en su poderío militar, aunque fuera con un ejército reclutado de forma privada, pero que lo otorgo victorias y poder hasta conseguir su objetivo, el acceso al título más importante de Roma. Será además a partir de Augusto cuando el emperador también sea comandante en jefe del ejercito romano, cargo que antes quedaba repartido entre los diferentes generales a los cuales los soldados debían lealtad. Augusto estableció un periodo de servicio de 20 años para después cobrar una cuantiosa paga o recibir tierras para iniciar una nueva vida para los soldados.
En la escultura que podemos observar se ve al emperador en el momento previo a realizar un sacrificio a los dioses y es una de las obras más conocidas y repetidas de la estatuario romana, al tiempo que se usa como modelo de representación del emperador Augusto.
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