Vamos a ilustrarlo con dos ejemplos que pueden servirnos perfectamente. El primero trata sobre una imagen muy difundida curiosamente solo en España pero que en la Edad Media sirvió como símbolo de la reconquista española, estamos hablando de la imagen de Santiago Matamoros.
Ello nos lleva a una historia legendaria donde la ficción se mezcla con la realidad y posiblemente hace que suceda en un solo día lo que en realidad aconteció en siete años (o quizás mas). Estamos hablando de la batalla de Clavijo que tuvo lugar en el año 844 y donde (supuestamente) se apareció Santiago para ayudar a los cristianos contra los pérfidos musulmanes. El rey Ramiro I acudió a la batalla con su ejercito y su bandera blanca con una cruz roja inscrita en la parte central. Los musulmanes tenían mejor ejército y contaban con mucha gente llegada desde Marruecos para ayudarles. En la ciudad de Clavijo, cuando el rey se encontraba durmiendo, el apóstol se le apareció y le dijo que él era el protector de España. Le anunció que ganaría la batalla al día siguiente y que la gente podría verle luchando vestido de blanco, montado en un caballo del mismo color y portando una bandera blanca en sus manos.
El rey Ramiro contó su visión a los caballeros, obispo y ejército. Por la mañana las tropas estaban seguras de su victoria y con el nombre de Santiago en sus bocas se prepararon para entrar en combate. En medio del enfrentamiento Santiago apareció y los cristianos ganaron esa importante batalla ese día.
Posiblemente toda la historia es falsa al igual que el impuesto que los cristianos dejaron de pagar tras esta batalla y que consistía en la entrega de 100 mujeres vírgenes anuales para los nobles musulmanes de la ciudad de Córdoba. Es posible que hubiera muchas batallas en una zona de paso como era La Rioja en ese momento, el control de las carreteras y comunicaciones es vital en cualquier batalla y, como decimos, puede que estemos hablando de siete años de diferentes campañas.
Pero todo esto no importa porque lo importante es lo que la gente pueda llegar a creer y esta historia sirve para reforzar, no solo la moral del ejército, sino también la de muchos creyentes a los que se les explica lo sucedido a través de imágenes escultóricas o pictóricas. Se usan las imágenes con un fin concreto, buscando la extensión de una idea, que convierta en símbolo algo que realmente ofrece muchas dudas sobre su veracidad.
El segundo ejemplo nos sirve para confirmar la reafirmación del poder a base de retratos, como el que Velázquez realiza del Conde Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV y verdadero gobernante del país debido a la desidia del monarca. Montado en su caballo, el bastón de mando nos indica que es una persona que tiene y ejerce el poder, con una mirada incisiva e incluso desafiante para aquel que se le ocurra cuestionar su posición de privilegio.
Es solo un ejemplo de los miles que podemos encontrar a lo largo de la profusa sucesión de imágenes artísticas.
Pero con la llegada de los medios de comunicación de masas la situación comienza a cambiar, el arte ya no sirve para expresar estas convicciones y serán estos medios aceptados por la gente los nuevos lugares donde estas expresiones de poder y engaño tengan lugar.
Eso permite al arte tener un nuevo desarrollo, diferente del papel que había desempeñado hasta ese momento. Se trata de una libertad que quizás jamas se tuvo y que a partir de ese momento permite al artista expresarse como realmente le viene en gana y experimentar para ofrecer novedades que asociamos a muchos de los estilos que tienen lugar con el nacimiento de las vanguardias históricas a principios del siglo XX.
Serán los periódicos, la radio, el cine, la televisión donde se libren las batallas por contar historias que manipulen a la gente y tenga lugar esa eterna lucha por el poder que consiste, como hemos expresado alguna vez, en mentir y hacerlo mas que nadie hasta que tus seguidores te aclamen de tal manera que puedas jugar con ellos como autenticas marionetas aunque estés diciendo lo contrario de lo que expresabas hace cinco minutos.
Quiero poner un ejemplo que me parece clarificador y que forma parte de una experiencia personal pero que se adapta perfectamente a lo que estamos diciendo.
Conozco una persona a la que considero inteligente, no tiene una gran profundidad y sus valores se basan mas en el placer que en la amistad, pero es listo y orgulloso. Debemos situarnos en los preámbulos de la guerra de Iraq, cuando George W. Bush buscaba aliados para su inminente invasión y encontró en Europa los amigos que necesitaba para llevar a cabo su plan, entre los que se encontraban el premier del Reino Unido, Tony Blair y el Presidente del Gobierno español, José María Aznar. Este último anunció su apoyo a los aliados americanos basándose en la presencia de armas de destrucción masiva en Iraq (algo que no era nuevo y que el presidente americano no paraba de repetir), unas armas que podían destrozar la convivencia en occidente y acabar con nuestro "maravilloso" sistema de vida, cargado de libertad y derechos. Estas declaraciones vinieron acompañadas de un documental en la cadena pública de televisión reproducido en horario de máxima audiencia, donde se enseñaban los efectos de esas armas de destrucción masiva que acumulaba el gobierno de Iraq que incluían todo tipo de enfermedades, deformidades y muerte general, el fin del mundo tal como lo conocemos en la actualidad. No tuve la oportunidad de ver el reportaje, bien es verdad que no planteaba en mi ningún interés, ya que he sido bastante escéptico en este y otros aspectos desde el principio. Pero mi conocido, algo banal pero inteligente, se presentó al día siguiente en nuestro lugar de encuentro completamente blanco y no quería mas que hablar de lo que el día anterior había visto en televisión, donde componentes químicos de todo tipo destruían rostros y miembros de seres humanos inocentes que se dedicaban a trabajar en libertad y disfrutar de sus derechos civiles. Se convirtió en un firme defensor de la invasión, si no fuera edonista y supiera que podía perder la vida, le veía al día siguiente alistado para combatir semejantes monstruos. Si este era el pensamiento de una persona inteligente y formada, aunque banal y epicúreo en su comportamiento, que sucedería con el gran grupo que carece de formación y que no son tan inteligentes para plantearse y analizar que estaban sufriendo una manipulación apoyándose en los medios de comunicación de masas.
Como quedó demostrado las armas de destrucción masiva no existían, pero eso es algo que se descubrió después, quizás en un momento en el que la conversación de moda giraba en otro sentido, con lo cual los aliados realizaron un ataque preventivo sobre población civil y militar, que no sirvió mas que para desestabilizar un poco más la zona y enardecer a los islamistas radicales que exactamente igual que los otros, es decir manipulados, entregan su vida por el bien de unos ideales por los que, por supuesto, no merece la pena morir, ni por estos, ni por cualquier otros.
Y volvemos sobre el concepto de mentira y poder que caminan firmemente unidos como perfectamente podemos comprobar desde el principio de los tiempos, en ocasiones unidos al mundo del arte, hasta que fue desbancado por otro elemento con mucho mas poder de persuasión como son los medios de comunicación, auténticos enemigos de la inteligencia y de la verdad, ya que, en la mayoría de los casos, sirven a los intereses del poder cuando no a los suyos propios.
Adel Abidin. Memorial 2009 |
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