Esta iglesia situada en el pueblo de Casillas de Berlanga que pertenece a la provincia de Soria constituye un ejemplo total mente diferente al de otras iglesias de estilo por sus diferencias tanto en planta como en alzado con algunas de las características del estilo mozárabe. La primera referencia que tenemos de la iglesia corresponde al año 1135, aunque la construcción del edificio se iniciaría cien años antes.
Como podemos observar en la planta, se trata de una iglesia de una sola nave, que tendría una forma cuadrada, por medio de unas escaleras se accede a la capilla mayor que tiene forma rectangular, el ábside aparece de forma independiente a la nave, de hecho está cubierto con bóveda de medio cañón y se accede a él por un arco de herradura, uno de los arcos que se usaban en época mozárabe y que podemos observar en otras iglesias por ejemplo en la leonesa San Miguel de Escalada.
La nave posee una gran columna en la parte central que se abre en la parte superior para formar (como si fuera una palmera) ocho arcos de herradura que rematan en las esquinas y el centro de cada uno de los lados del cuadrado. Esta palmera de piedra oculta por encima del arranque de sus ramas una pequeña cámara cubierta con bóveda cordobesa, es decir que hay cuatro nervios que marchan paralelos y otros dos se cruzan en el centro formando un cuadrado en la zona central, así lo podemos observar claramente en algunos ejemplos que encontramos en la zona de la quibla de la Mezquita del Córdoba.
A los pies de la nave se sitúa una tribuna que se alza sobre múltiples columnas que rematarían en arcos de herradura bastante toscos. Estas columnas carecen de capiteles.
Toda la iglesia se encontraba pintada, de esas pinturas actualmente se conserva muy poco, ya que las pinturas fueron trasladadas al Museo del Prado donde pueden contemplarse en la actualidad. Las pinturas no serían de época mozárabe sino que fueron realizadas en el románico, a mediados del siglo XII, es curiosa la escena de caza donde unos perros persiguen a unos conejos y para crear sensación de profundidad se superpone una figura de animal encima de otra.
Como era habitual en las iglesias pegado al ábside se encuentran una necrópolis con unas veinte tumbas que conservan la talla, aunque esta sea de bastante mala calidad. La creencia de que estar cerca del ábside de la iglesia hacía que estuvieras más cerca de Dios en el cielo llevaba a la gente a enterrarse lo mas cerca posible del mismo, llegando en muchos casos a competir y a pagar grandes cantidades de dinero por enterrarse dentro de la iglesia y lo más cerca posible de este lugar. No tenemos mas que observar el suelo original de muchas catedrales para darnos cuenta de lo que decimos.
Hola. muy interesante e instructivo. Seguimos en contacto
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