Esta
magnífica obra que describe los últimos momentos de vida del filósofo cordobés
al cual se le había encargado la educación del emperador Nerón, se conserva
actualmente en el Museo del Prado y fue pintado en el año 1871 por el artista
Manuel Domínguez y Sánchez.
Séneca,
que había nacido en España, se trasladó a Roma donde como hemos dicho se le
encarga la educación de Nerón (que debemos decir aprendió bastante poco de él).
Cuando fue nombrado emperador permaneció junto a él en puestos de
responsabilidad que le propiciaron diversos disgustos, ya que como sabemos la
política es completamente distinta a la educación y las traiciones se
encuentran a la orden del día en la primera.
Así
pues Séneca decidió retirarse de la vida política y pasar tiempo junto a su
segunda esposa, pero el emperador mantenía un recelo contra él desde tiempo
atrás y aprovecho la primera oportunidad para quitarse de en medio a Séneca y
otros destacados personajes de la vida romana en cuanto tuvo la primera oportunidad.
Rubens. La muerte de Séneca |
Descubierta
una conjura contra Nerón por parte de Pisón, el emperador vio su ocasión de
deshacerse de muchos de los que le molestaban, muy mal aconsejado por una corte
de aduladores que no ayudaban más que a sus propios intereses. Con ello Séneca
fue condenado a muerte y se acercaron a su casa para comunicarle la noticia.
Era
costumbre que la condena no se llevara a efecto ya que el reo se quitaba la
vida al recibir la noticia. Seneca después de reflexionar e intentar hacer
testamento (opción que le fue negada) decidió quitarse la vida. Para ello se
cortó las venas de las manos y los pies, pero parece que la cosa no funcionaba
e indicó a su médico, que le diera veneno (concretamente cicuta el mismo veneno
que Sócrates había tomado cuando fue injustamente condenado a muerte acusado de
pervertir a la juventud de Atenas en una analogía que parecía repetirse con
nuestro protagonista) Pero el veneno
tampoco hizo efecto y finalmente Séneca decidió tomar un baño al lado del cual
había un brasero encendido, el vapor del agua y el humo del brasero combinado
con el asma que padecía finalmente le provocaron la muerte por asfixia.
Así
lo observamos en la obra, donde sus discípulos contemplan la escena, alguno
rasgado por el dolor y otros más impasibles, mientras observamos los restos del
brasero colocados de forma simétrica al espectador.
Existen
distintas influencias para la obra, Rubens había realizado un cuadro con la
misma temática, aunque menos descriptivo que la obra que nos ocupa. Tenemos
también dentro de la pintura de historia la obra del gran maestro francés del
género, que representa La Muerte de Sócrates con una estructura similar a la
obra que describimos, aunque el personaje y la forma de morir no son iguales,
pero la idea de los discípulos rodeando al maestro e intentando en este caso
disuadirle para que no realice el acto, es bastante similar.
Ello
no quita mérito a una obra fantástica que encuadramos dentro de uno de los
géneros pictóricos que más éxito y desarrollo tuvo en España a mediados y
finales del siglo XIX, nos referimos a la pintura de historia.
JL David. La muerte de Sócrates |
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