domingo, 23 de noviembre de 2014

Pintura de Historia. La muerte de Séneca

Esta magnífica obra que describe los últimos momentos de vida del filósofo cordobés al cual se le había encargado la educación del emperador Nerón, se conserva actualmente en el Museo del Prado y fue pintado en el año 1871 por el artista Manuel Domínguez y Sánchez.


Séneca, que había nacido en España, se trasladó a Roma donde como hemos dicho se le encarga la educación de Nerón (que debemos decir aprendió bastante poco de él). Cuando fue nombrado emperador permaneció junto a él en puestos de responsabilidad que le propiciaron diversos disgustos, ya que como sabemos la política es completamente distinta a la educación y las traiciones se encuentran a la orden del día en la primera.
Así pues Séneca decidió retirarse de la vida política y pasar tiempo junto a su segunda esposa, pero el emperador mantenía un recelo contra él desde tiempo atrás y aprovecho la primera oportunidad para quitarse de en medio a Séneca y otros destacados personajes de la vida romana en cuanto tuvo la primera oportunidad.
Rubens. La muerte de Séneca
Descubierta una conjura contra Nerón por parte de Pisón, el emperador vio su ocasión de deshacerse de muchos de los que le molestaban, muy mal aconsejado por una corte de aduladores que no ayudaban más que a sus propios intereses. Con ello Séneca fue condenado a muerte y se acercaron a su casa para comunicarle la noticia.
Era costumbre que la condena no se llevara a efecto ya que el reo se quitaba la vida al recibir la noticia. Seneca después de reflexionar e intentar hacer testamento (opción que le fue negada) decidió quitarse la vida. Para ello se cortó las venas de las manos y los pies, pero parece que la cosa no funcionaba e indicó a su médico, que le diera veneno (concretamente cicuta el mismo veneno que Sócrates había tomado cuando fue injustamente condenado a muerte acusado de pervertir a la juventud de Atenas en una analogía que parecía repetirse con nuestro protagonista)  Pero el veneno tampoco hizo efecto y finalmente Séneca decidió tomar un baño al lado del cual había un brasero encendido, el vapor del agua y el humo del brasero combinado con el asma que padecía finalmente le provocaron la muerte por asfixia.
Así lo observamos en la obra, donde sus discípulos contemplan la escena, alguno rasgado por el dolor y otros más impasibles, mientras observamos los restos del brasero colocados de forma simétrica al espectador.
Existen distintas influencias para la obra, Rubens había realizado un cuadro con la misma temática, aunque menos descriptivo que la obra que nos ocupa. Tenemos también dentro de la pintura de historia la obra del gran maestro francés del género, que representa La Muerte de Sócrates con una estructura similar a la obra que describimos, aunque el personaje y la forma de morir no son iguales, pero la idea de los discípulos rodeando al maestro e intentando en este caso disuadirle para que no realice el acto, es bastante similar.

Ello no quita mérito a una obra fantástica que encuadramos dentro de uno de los géneros pictóricos que más éxito y desarrollo tuvo en España a mediados y finales del siglo XIX, nos referimos a la pintura de historia.

JL David. La muerte de Sócrates

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