El escultor barroco de origen gallego pero asentado en Valladolid, Gregorio Fernández, no es solo un gran artista, sino también uno de los creadores de modelos iconográficos que van a repetirse durante todo el siglo XVII y XVIII tanto en escultura como en pintura, perviviendo algunos de ellos en el tiempo, realizándose este tipo de modelos más adelante.
Con la contrarreforma en pleno apogeo en España y la vigencia de los santos y su modelo de vida para el resto de los cristianos, fueron numerosas las figuras de Santos que se encargan a los distintos escultores para los diferentes conventos que se fundan en España por las distintas órdenes religiosas que se reforman en esa época, como ocurre con los carmelitas, o las nuevas fundaciones, como los Jesuitas. Ningún país como en España para este tipo de representaciones y su importancia para inspirar la oración entre los fieles, donde hasta la más pequeña iglesia cuenta con imágenes de este tipo acompañadas de otro tipo de escenas del nuevo testamento.
Ya habíamos visto alguna escultura de Gregorio Fernández en este blog, con la creación del modelo de Inmaculada castellana que se repetirá en varias esculturas del momento.
Pero también tiene Gregorio Fernández realizadas esculturas de diferentes santos, como ocurre con la escultura que analizamos hoy y que crea modelo. Otros santos también fueron representados en esta época y repetidos hasta la saciedad como San Bruno, San Juan de la Cruz, San Francisco de Asís San Pedro de Alcántara.
La manera que tiene de representar a Santa Teresa es como doctora mística, aparece en actitud de escribir inspirada por Dios. Adquirió Santa Teresa mucha popularidad en su época, fue beatificada en 1614 y canonizada en 1622 por el Papa Gregorio XV, además sus escritos que fueron publicados en imprenta por primera vez en 1588 alcanzaron tres ediciones en un solo año, mostrando así la cercanía de la Santa de Ávila con la sociedad. Fue el rey Felipe III quien la nombró copatrona de España junto al apóstol Santiago.
La representa el escultor con el libro abierto, donde pueden apreciarse textos escritos, la pluma en la mano derecha y la mirada perdida o en ocasiones mirando al cielo en espera de la inspiración divina para continuar con sus escritos. Tanto el rostro de Santa, como las manos con una posición muy elegante de cada uno de sus dedos, se muestran muy expresivos.
que buena idea un blog para niños que une arte y el mundo de los pequeños. A mi hijo le gusta mucho sobre todo lo que es pintura, creo que lo voy a apuntar a una página que le enseña a pintar de una forma fácil me han dicho que da buenos resultados se llama algo así como talento de tu hijo, espero que le gusta.
ResponderEliminarDe nuevo gracias por el blog.