La autentica Capilla Sixtina del Románico español se encuentra en la ciudad de León y más concretamente en la Basílica de San Isidoro, situada en pleno centro de la ciudad. Un ejemplo del románico en todos sus aspectos, en arquitectura con sus iglesia, en escultura con sus maravillosas portadas y en píntura con su panteón, que alberga restos de los reyes de León acompañados de diferentes escenas pictóricas representadas en las bóvedas de la cripta.
Aunque la técnica es la misma que ya vimos en la características de la pintura románica, si se nota un estilo diferente al que apreciabamos en la Iglesia de San Clemente de Tahull, donde podíamos apreciar el mismo tema que aquí se representa, un Pantocrator. El estilo de San Isidoro es mas francés y tiene menos influencia de los Bizantino, las figuras tienen más gracia, se mueven más y son menos hieráticas que las que encoentrábamos en el occidente catalán con los ejemplos del Valle de Boi.
Cristo aparece en una mandorla, es el día de juicio final, levanta la mano derecha en una posición entre la bendición y la amenza, mientras en la izquierda sujeta un libro donde puede leerse en latín "Yo soy la luz del mundo".
A los lados de la mandorla apraecen los cuatro evangelistas, en esta ocasión representados con cuerpo de hombre y cada uno con la cabeza del animal que les representa, Juan como águila, Lúcas como buey, Marcos como león y Mateo como Ángel, cada uno acompañado de su propio letrero para poder identificarlo.
Otra de las escenas más conocidas es el Anuncio a los Pastores, vemos como un ángel se acerca a ellos para decirles que acudan al Portal de Belén porque el Hijo de Dios acaba de nacer. Los pastores, no se encuentran hieráticos, sino que vuelven sus cabezas al ángel, mientras uno de ellos da de beber a sus animales. Hay mucho naturalismo en los animales, por ejemplo lo podemos contemplar en dos cabras que aparecen enfrentándose y chocando sus cuernos entre ellas y en las figuras humanas en actitudes muy naturales.
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