La familia de Carlos IV. 1800. Pincha para ampliar
Esta conocida obra de Francisco de Goya fue pintada en el año 1800 y se encuentra expuesta en el Museo del Prado de Madrid.
A la hora de explicar a los niños el cuadro quizás debamos fijarnos en algunos detalles divertidos que puedan hacerles recordar algunas cosas respecto al mismo.
Se trata de un retrato conjunto de la familia real donde el propio artista también se ha retratado, su imagen aparece al fondo a la izquierda pintando un cuadro, de manera que la obra tiene una fuerte conexión con Las Meninas de Diego Velázquez. Pero quizás este trata de reafirmar la sucesión dinástica con la inclusión de los reyes y del heredero, el príncipe de Asturias y futuro rey, Fernando VII, que aparece vestido de azul en la parte izquierda del cuadro.
Es curioso observar como al lado de este personaje aparece una mujer a la cual no podemos verle el rostro, se trata de la futura esposa del futuro rey, que en ese momento no se sabe quien es, pero que sin duda existirá. Por eso Goya le oculta el rostro, Fernando VII se casará pero en este momento todavía no se sabe quien es la elegida para ese honor. Pero ese matrimonio garantiza la sucesión y el futuro de la monarquía.
Es también curioso ver como representa a cada uno de los reyes y como Goya juega con el tamaño de las pupilas de los ojos, para mostrarnos si un personaje le agrada o no le agrada. Así si miramos el rostro del rey Carlos IV nos daremos cuenta (con sus pupilas pequeñas) que es un personaje bonachón, incapaz de hacer daño a nadie, pero al mismo tiempo incapaz también de defender los intereses del país (recordemos que Goya fue un gran patriota español como vimos en cuadros como el 2 de Mayo de 1808).
Por su parte la reina María Luisa tiene un papel preponderante en la composición, ocupando el centro de la misma y demostrando así su poder. Si nos fijamos sus ojos parecen mas grandes y mira de lado como si lo hiciera por encima del hombro, en un gesto bastante soberbio. Además Goya no escatima esfuerzos en mostrar algunos de sus defectos. No es que la reina fuera muy guapa, pero es curioso observar que ya no le quedan dientes en la boca, ya que los había perdido todos con poco más de 30 años, dando la impresión similar a la de un viejo sin dentadura. Su madre, situada un poco más a la izquierda, preludia el futuro de belleza y dentadura de su hija en los años venideros.
Frente a las Meninas hemos de decir que Velázquez tenía gran obsesión por la profundidad, algunas obras vistas en el blog como La Túnica de José preludian esa manía del artista. Pero a Goya no le interesa tanto la profundidad sino que lo que quiere es centrarse en los personajes y en las características de los mismos.
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