Adoración de los Reyes Magos. Pedro Pablo Rubens. Museo de Prado
Continuamos con nuestra serie de Historias de la Biblia para niños con la Adoración de los Reyes Magos.
El único evangelista que se refiere a esta historia es Mateo, así que en un tema tan popular, muchas de las composiciones que se realizan están basadas en la tradición o en los evangelios apócrifos.
Mateo señala que nacido Jesús, unos magos que venían de oriente (no se refiere a ellos como reyes sino como magos), se presentaron en Jerusalem preguntando por el lugar del nacimiento del rey de los judíos, noticia con la que el rey Herodes se quedó muy sorprendido. Los magos indicaron que habían visto una estrella en oriente y la habían seguido para adorarle. Herodes reunió a los sacerdotes, los cuales le indicaron que el Mesías debía nacer en Belén de Judea y Herodes envió allí a los magos, no sin antes decirles que indagaran el tema y volvieran a contarle algo más sobre ese niño si lo encontraban.
Cuando salieron del Palacio la estrella les guió de nuevo hasta el lugar donde se encontraba Jesús, entraron en la casa y le adoraron ofreciéndole oro, incienso y mirra (oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre, los tres caracteres de Jesús unidos en una sola persona).
Tras adorarle Mateo nos indica que, avisados en sueños de no volver donde se encontraba el rey Herodes, regresaron a sus lugares de origen por otro camino.
Es un tema ámpliamente representado en pintura y con mucha tradición ( no tenemos que pensar más que en los regalos que se hacen a los niños el día 6 de Enero en muchos países). Se suele representar a los reyes como ancianos, como personas sabias dignas de veneración, postrados por lo menos uno de ellos acercándose para besar el pie del niño o bien abriendo los cofres con los regalos. Según la tradición uno de los reyes es de raza negra, y así podemos observarlos en muchas composiciones.
En ocasiones están solos delante del niño acompañados por un pequeño séquito que incluye algún caballo y asistentes para estos animales, pero en otras composiciones, como observamos en el cuadro de Rubens se agolpa un número ingente de personas que contemplan la escena o que han venido también a adorar al niño. Hay veces en las que la escena de la adoración de los magos y la adoración de los pastores se mezclan en el mismo cuadro.
También es común encontrar en algunas obras una estrella brillante en el cielo que es la que guía a los magos hasta el niño, a veces posada encima del pesebre o la casa de José y María o como una estela muy brillante en el firmamento.
Como observamos en el cuadro de Pedro de Campaña a veces los magos llevan coronas en la cabeza como si fueran reyes, aunque como hemos visto el evangelista no los describe como tales. Pero esa tradición de verlos como reyes lleva a veces una gran parafernalia representativa de pajes, ayudantes, camareros, etc.
Adoración de los Reyes Magos. Pedro de Campaña
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