Me ha parecido interesante el concepto que en una entrevista hecha por periodistas daba el pensador y filósofo Slavoj Zizek acerca de la envidia. Esta entrevista se puede seguir en el libro publicado recientemente por Fernando Castro Flórez, con el título ...and so on and so on, se trata de una publicación de Cedeac de Murcia. Un librito de pequeño formato que cuenta con apenas 125 páginas y puede leerse de un tirón durante un buen rato libre.
Dice Zizek que la envidia es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Pero no se trata de una envidia de pobres contra ricos. No es la envidia de la posesión de riqueza la que amenaza nuestra sociedad. No se trata de que los pobres deban hacer la revolución porque ansían aquello que no poseen.
La mayoría de la gente que vive en las sociedades occidentales tiene sus necesidades básicas satisfechas. Por supuesto siempre pueden ser mejor o aspirar a más, algo que puede llegar o no hacerse realidad, pero eso en sí no importa.
Dice Zizek que la envidia actualmente se encuentra en el reconocimiento social. Es decir, teniendo las necesidades básicas satisfechas lo que aspira el ser humano es a ser reconocido por su valía en la sociedad. Ahí es donde principalmente se genera la envidia, entre los que llegan a ello y los que quieren llegar. Es ahí donde se dan las situaciones mas problemáticas y dramáticas, donde se ponen más zancadillas. A veces incluso no es una cuestión de que me vaya bien a mi sino que que le vaya mal al de al lado.
El propio Zizek lo ilustra con un chiste esloveno que dice: a un agricultor se le aparece un mago y le dice que le concederá lo que quiera. Puede pedir aquello que desee. Pero solo le pone una condición, de aquello que pida y reciba su vecino recibirá el doble. El campesino piensa durante un segundo y le dice al mago: sácame un ojo.
Es muy macabro pero muy ilustrativo de lo que estamos hablando.
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