domingo, 3 de marzo de 2019

Reflexiones sobre la movida madrileña

En el último libro publicado por Victor Lenore y que lleva por título Espectros de la movida, hay un par de cuestiones al comienzo del libro que me han llamado la atención y que me gustaría comentar de una forma más profunda. Recordemos que la movida no afecta solo a la música sino que es un movimiento contracultural que afecta a todos los ámbitos del arte o la cultura, incluidas las 
manifestaciones artísticas.


El primero de los aspectos es que se produce un aumento del consumo en la mayoría de los productos ofrecidos. Los jóvenes del momento, gracias a la ayuda de su pertenencia a la clase media, pueden gracias a su propio dinero o bien al de sus padres, acceder a una serie de productos que se ofrecen vinculados al tema de la movida. Venta de discos, asistencia a conciertos, apertura de nuevas galerías de arte, asistencia a teatros, bares y discos de moda,  etc. La gente quiere formar parte de cada uno de los eventos que se anuncian. Para llevar eso a cabo se necesita disponer de dinero que sirve para mover la economía.
Resulta curioso que muchos de los grupos nuevos que surgen durante la movida tienen na estética punk, tanto en su forma de vestir, comportamiento y música. Esta supuesta actitud antisistema, proveniente del Reino Unido crea una tendencia que abarca diferentes ámbitos del consumo. Pero lo que llama la atención es la capacidad del capitalismo para adaptar todo tipo de mensajes en su propio beneficio. Lo mismo sucede con la imagen del Che Guevara que con la estética punk que supuestamente clama que no existe futuro para la juventud tras la crisis que se vivió en la segunda mitad de los años 70.


El segundo aspecto es el apoyo político que recibieron por parte de los ayuntamientos, sobre todo el PSOE. Multitud de grupos de la movida eran contratados para las fiestas patronales de los diferentes pueblos y ciudades, entre otras cosas porque les hacía parecer modernos y les garantizaba votos. Desde el año 1977, cuando se producen las primeras elecciones libres, la edad de voto se rebajó desde los 21 a los 18 años. Era un nicho importante de votos que había que conquistar. Muchos políticos solo se han apoyado en la cultura por interés propio, jamás porque hayan pensado en la educación en libertad del pueblo. De hecho cuando no les ha interesado en número de votos le han dado la espalda de forma radical, como por ejemplo en la última crisis económica donde la mayoría de los presupuestos dedicados a este tema quedaron temblando.
Así que muchos ayuntamientos vieron una baza importante en la promoción de estos grupos de música. Les hacían transmitir una imagen joven y que conectaba perfectamente con un importante nicho de votos. 
Me parecen dos puntos interesantes para comentar. Por un lado el aumento del consumo y por otro la promoción cultural apoyada por las personas que se encuentran en el poder. 

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