Estamos hablando del primero de los movimientos de vanguardia que surge en la segunda mitad del siglo XIX. Como la mayoría de estos movimientos supone una ruptura con los esquemas tradicionales de la pintura a la cual pretenden cambiar y revolucionar.
El nombre del movimiento tiene que ver con un comentario despectivo realizado por un crítico de arte cuando contempló una obra de Claude Manet, que lleva por título Impresión, sol naciente. Esta obra, junto a otros trabajos impresionistas, estaban siendo expuestos en un Salón denominado de los Independientes, durante la primavera de 1874. El comentario del crítico aludía a que las obras que se exponían en esa exposición parecían no estar acabados de acuerdo con los estándares clásicos, sino que parecían bocetos a medio hacer, obras que habría que terminar de una u otra manera.
No era la primera vez que estos artistas intentaban exponer, lo intentaron por primera vez de una manera oficial en el año 1860, pero fueron rechazados por el jurado que debía juzgar las obras que allí se exponían. Al ser rechazados de esta manera decidieron montar sus propias exposiciones. En un principio recibieron una gran cantidad de críticas, ya que tanto el público como lo escritores sobre arte, estaban acostumbrados a unas formas de expresión mucho más clásicas.
Otras de las características del impresionismo es la libertad de la que gozan los artistas a la hora de realizar sus obras. No dependen ya de ningún encargo sino que hacen las obras que realmente quieren, dependiendo solamente de las ventas que de sus obras se realicen, abandonando las peticiones para centrarse en el gusto del público que admite y acepta ese tipo de obras en su domicilio.
Existen precedentes de la pintura impresionista que podemos encontrar en artistas como William Turner. Su obra Lluvia, vapor y velocidad, realizada en 1844, es un buen ejemplo de un trabajo en el que cuesta apreciar las formas debido al humo y la niebla general que invade la obra. Da la impresión, como algunas obras de estos autores, que son simples manchas realizadas sobre el lienzo. Junto a ello tenemos la idea de representar el paisaje, que puede ser una paisaje de todo tipo, desde el ámbito urbano a una vista tradicional de zona de campo, agua o bosque. De hecho para los pintores impresionistas tanto el paisaje como la luz serán elementos esenciales de representación en la mayoría de sus obras.
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