¿Es posible imaginar que el arte no tenga una finalidad comercial? En el mundo en el que vivimos resulta realmente difícil. Todo se encuentra mercantilizado. Existe como sabemos un entramado donde diferentes agentes giran en torno a un sistema del arte donde galerías, coleccionistas e instituciones juegan un papel esencial.
Ahora en la década de los 60 y 70 del siglo pasado surgió una reacción a esta mercantilización del arte, que no solo abarcaba alguna de las artes mayores. Tengamos en cuenta que el tiempo del que estamos hablando es el gran momento de movimientos como el arte pop o el minimalismo. Es posible encontrar manifestaciones fluxux en otras disciplinas como por ejemplo la danza o la literatura.
Para ellos el objeto artístico debería dejar de ser una mercancía con la que se puede comerciar. Esto dotaba de una mayor libertad a los artistas que no tenían que adscribirse a ningún tipo de movimiento. Tenían de esta manera una mayor libertad creativa incorporando a las obras aquello que creían necesario saliendo de los estándares establecidos.
El ideólogo del movimiento, George Macuinas, definía la expresión artística como algo divertido, a la vez que la obra debía ser simple, no tener grandes pretensiones y tratar temas completamente triviales. Tampoco era necesario dominar ninguna técnica ni tener grandes títulos. La principal condición era no tener ninguna pretensión comercial o estar alejado de cualquier presencia institucional.
Existen conexiones entre el movimiento Fluxus y el dadaismo que tiene gran influencia en diferentes movimientos a los largo de los 60 y 70. Para ello simplemente lo cotidiano ya es arte. No se trata, como hacía Duchamp de llevar un objeto a un museo para convertirlo en obra de arte, para el movimiento Fluxus eso ya no es necesario. Se trata de comunicarse con la sociedad de una manera diferente a la que siguen los canales tradicionales, llamando la atención sobre otras cosas que no se ven tradicionalmente en estos circuitos.
En muchos casos serán acciones artísticas como las que llevaba a cabo Joseph Beuys en Alemania o las primeras incursiones en el videoarte, llevadas a nabo por Nam June Paik. Si lo pensamos actualmente nos daremos cuenta de la influencia del videoarte en la actualidad y la constante presencia del video en la creación artística.
Los límites entre disciplinas comienzan a difuminarse con este movimiento ya que mezcla diferentes prácticas artísticas, la fusión de géneros es una de sus señas de identidad.
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