Velázquez es uno de los grandes maestros del arte español y mundial, vivió durante la época barroca, en pleno sigo XVII y es un artista con muchas influencias, desde sus inicios claroscuristas en su Sevilla natal hasta las explosiones de color tras viajar a Italia y entrar en contacto con los grandes maestros de la época.
Para colorear las obras de Velázquez es bueno tener el original delante de nosotros para saber los colores que utilizaba el maestro. En muchos casos se trata de colores divertidos y muy vivos ya que tuvo contacto con la obra de artistas venecianos, que utilizaban colores llamativos para adornar a los personajes que incluían en sus cuadros. De esta manera no es extraño encontrar en Velázquez la utilización del color amarillo, el rojo carmín o el azul turquesa, más extraño es el uso del color rosa que el artista solía utilizar para as bandas que decoraban el pecho de alguno de sus personajes como ocurre por ejemplo en La Rendición de Breda.
Las Meninas es sin duda una de las obras más conocidas del pintor, aunque los colores no parecen muy vivos, tendremos que utilizar muchos, ya que en el cuadro original aparecen zonas muy iluminadas en contraste con otras a las que les llega muy poca luz. Esto lo hace Velázaquez con la idea de conseguir profundidad en sus obras.
Otra de las obras con la que podemos trabajar es la pintura que representa a la Infanta Margarita, uno de sus trabajos de última época donde predominan los colores dorados y donde podemos apreciar ese color rosa del que antes hablábamos.
Velázquez es un artista muy completo, que posee un perfecto dominio de la técnica pictórica, desde sus inicios en un estilo cercano al realismo fotográfico hasta cuando realiza paisajes impresionistas tras su segundo viaje a Italia pocos años antes de su muerte.
Su autorretrato con la cruz roja de Santiago en el pecho puede ser otro trabajo que sirva para explicar cosas del artista, como por ejemplo que la Cruz de la Orden de Santiago le fue entregada por su labor en palacio como embajador no como pintor. Ese ascenso social, imposible para un pintor, era muy importante para Velázquez, que había conseguido una buena posición trabajando en la corte para el rey Felipe IV.
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