domingo, 7 de agosto de 2016

El asesinato de Cayo Julio Cesar

El final de vida de Julio Cesar es fruto de la ambición y el poder, no solo suya, sino también de los enemigos que aspiraban a lo mismo que él. Es una situación que se repite a lo largo de la vida del ser humano por siglos y siglos.


Cesar, amparado por una serie de éxitos militares, contaba con el gran apoyo del ejercito, que utilizó de una manera coercitiva contra sus enemigos y la ciudad de Roma, que, como acabo de decir, le adoraba por sus éxitos militares en el extranjero y por la conquista de toda la Galia, Tras derrotar al último jefe tribal llamado Vercongetorix. El éxito personal y el militaren Roma caminaban juntos.
Las guerras que mantuvo contra numerosos personajes no ayudaron nada a arreglar la situación y la acumulación de poder, ligada a la ambición. Esta situación le llevó desde el consulado a la campaña militar, al nuevo consulado individual en vez de dual, como era tradición en la república, a ser cónsul por 10 años y finalmente proclamarse como dictador perpetuo. Sus enemigos vieron en él la representación de Tarquino el Soberbio, el último rey romano que fue depuesto por el pueblo para establecer una república basada en poderes y contrapoderes al estilo de cualquier democracia constitucional contemporánea.


Así, algunos de sus senadores de confianza, prepararon un plan para eliminarlo, cosa que sucedió en los idus de Marzo (es decir el día 15) cuando los conspiradores le asesinaron a cuchilladas en el senado de Roma.
No andaban desencaminados los que pensaban que Cesar quería imponer un sistema autoritario, ya que en su testamento nombraba un sucesor, consecuencia de ello es la segunda guerra civil, seguida por el triunvirato entre Octavio (futuro emperador Augusto), Marco Antonio y Lépido.
Ahora, resulta curioso, como algunos hechos pasan a la historia, ya que aparentemente Cesar aparece a los ojos de todos como un héroe y un gran conquistador, cuando como vemos era un dictador que solo buscaba la gloria personal para él y los suyos. En cambio uno de los asesinos Bruto, en cuya familia estaba el primer cónsul romano, el fundador de la república, también hace alusión a los animales que eran lentos y se comportaban de forma irracional.
Pensamos en Bruto como un asesino irracional y despiadado, cuando podía ser visto como un salvador de la república romana (eso si no estaba exento de la misma ambición que Cesar)


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