Estamos realizando un repaso por los mejores escultores contemporáneos en lo que al hiperrealismo se refiere. La semana pasada repasamos la figura de Ron Mueck y esta semana le toca el turno a otro de los escultores más reputados, que desarrolla su labor en la segunda mitad del siglo XX, se trata del norteamericano Duane Hanson.
Este artista nació en el año 1925 en el estado de Minessota y falleció en el año 1996, se graduó en la Universidad y realizó un máster en Bellas Artes que terminó en eñ año 1951.
El uso de diferentes materiales otorga un gran hiperrealismo a sus obras, la fibra de vidrio pintada, la resina, dan un nuevo carácter a este tipo de esculturas. Cuando hablamos de hiperrealismo nos referimos a que todo en la figura nos recuerda un cuerpo humano tal y como lo conocemos, el color de la piel o los diferentes detalles que lo acompañan, como ropa, zapatos o complementos que incluyen las gafas, los relojes u otros detalles hacen que las figuras se confundan con una persona real.
Hanson comenzó representando algunos temas donde la violencia estaba totalmente presente, enfrentamientos de grupos de personas con la policía o las consecuencias de un accidente de moto que representa una figura completamente destrozada tras un choque.
Esta temática será abandonada en 1970 para realizar algunos temas más relajados que tienen que ver con algunas personas que realizan escenas que podemos encontrar en la vida cotidiana, como limpiadoras que realizan su trabajo, una señora que empuja un carrito de la compra lleno de comida, o parejas de turistas que visitan una exposición. Lo bueno de estas figuras cuando puedes apreciarlas en un museo, es que en muchos casos ni siquiera te das cuenta de que son esculturas y te lleva a pensar, que realmente están allí realizando su trabajado o, como tu, contemplando una exposición cualquiera. Situarlos en salas donde no aparezcan otras obras del artista crea un efecto que roza lo divertido cuando realmente te das cuenta (o alguien te comenta) sobre esa escultura que tu pensabas que era una persona real.
Este tipo de obras también tienen sus detractores, no todo el mundo está a favor, por ello hay gente que dice que este tipo de obras es más propio de un museo de cera que de uno de arte contemporáneo. En nuestra opinión esa ambigüedad con la que juega el artista y el juego entre realidad y ficción merece la pena ser experimentado en las salas de cualquier museo.
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