domingo, 24 de enero de 2016

Esclavos en las pinturas de Velázquez

La esclavitud en España es un fenómeno que se da desde mediados del siglo XV, cuando grupos de personas llegan a España, muchos de ellos eran aborígenes de las islas canarias y otros eran personas de piel negra que venían de África, la mayoría se ocupaban de labores domésticas, por lo que había más mujeres que hombres.


No era tampoco extraño que mudéjares o moriscos fueran utilizados como esclavos. La mayoría se podían mover libremente e incluso trabajar donde quisieran, posiblemente la única condición es que una parte de su salario fuera entregada a su dueño.
Desde el siglo XVII es extraña la importación de esclavos en España, en muchos casos los que quedan es que son hijos de esclavos que ya se han mezclado en España, por lo que no es extraño encontrar mulatos que se dediquen a estos menesteres.
Esto era más común en la zona de Andalucía que en otras zonas de España, lo cual resulta interesante para los cuadros de Velázquez que vamos a comentar.
Se trata de dos obras, la primera es una obra de juventud y la segunda rozando la madurez. La mulata, tiene un título muy en consonancia con lo que acabamos de comentar. Además, si observamos la obra, el artista nos muestra a una muchacha que se ocupa de las labores de la casa, ya que se encuentra en la cocina recogiendo alguna cosa que le han demandado para servir la mesa que se encuentra ocupada en la habitación de al lado. A ello debemos sumar que el cuadro está pintado en la época sevillana del artista y que como hemos dicho esta situación era más habitual en Andalucía.

Vocación de San Mateo. Juan de Pareja

El segundo cuadro tiene que ver con el propio esclavo que Velázquez tenía y que viajó con él a Madrid cuando el artista se trasladó a la capital. Hablamos de Juan de Pareja, retratado por Velázquez durante su segundo viaje a Italia, como si fuera un ensayo antes de pintar al Papa Inocencio X.
Juan de Pareja había nacido en Sevilla, posiblemente en el año 1610. Palomino nos dice que Velázquez no le permitía pintar o dibujar sino que se ocupaba de moler colores y preparar los lienzos. Pero el propio Palomino indica que quzás escondiéndose de su amo y llegó a ser un estimado pintor. 
Esta costumbre no la tenía solo Velázquez, sabemos que su maestro Francisco Pacheco tenía un esclavo turco. Murillo también tuvo un esclavo, así que parece entre el gremio una situación habitual.
Juan de Pareja logró independizarse, hay quien afirma que debido a que el rey vió sus cuadros y habló con Velázquez diciendo que alguien que pintaba de esa manera no podía ser esclavo.
Lo que resulta curioso es que el estilo de Juan de Pareja tiene poco que ver con el de Velázquez, mientras este al final de su vida se muestra obsesionado por la profundidad, Juan de Pareja muestra en algunas de sus obras, como La vocación de San Mateo o El Bautismo de Cristo un estilo más cercano al idealismo italiano de finales del siglo XVII y principios del XVIII.

Juan de Pareja. Bautismo de Cristo

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