Ingres es un artista difícil de calificar, ya que se encuentra a caballo entre varios estilos y encontramos algo de cada uno en muchas de sus obras, así que tiene una influencia neoclásica importante, ya que estudió en París con David, pero no renuncia al romanticismo ni tampoco al realismo en sus trabajos.
Si trazamos una pequeña biografía de Ingres debemos decir que nació en Montauban en Francia en 1780. Su padre fue un escultor mediocre, pero tuvo el talento al darse cuenta de que su hijo tenía grandes dotes con el dibujo y lo envió a estudiar a una academia en Tolouse, donde aprendió los primeros rudimentos. Después se trasladó a Paris y fue alumno de David, aunque quería dotar a sus cuadros de un ambiente distinto al academicismo neoclásico de su maestro.
Fue un pintor criticado al principio en Francia, sus contemporáneos no entendían ni aceptaban bien su estilo. Ingrés viajo a Italia donde recibió fuerte influencia de la pintura renacentista, pero los cuadros enviados a Francia tardaron mucho tiempo en ser reconocidos como grandes obras. Fue un proceso muy lento, pero que al final consiguió, adquiriendo no solo honores como artista sino también como personaje con cargos públicos en el estado francés.
Su obra, como hemos dicho abarca diferentes estilos que podríamos resumir en tres principalmente:
La pintura de historia, donde se aprecia una gran influencia de David, se trata de escenas que tratan de rememorar los grandes momentos de su patria o bien temas mitológicos tratados con gran idealización u hieratismo.
Las pinturas con influencia oriental. No fueron bien aceptadas al principio. Tiene bastante que ver con el lado más romántico del artista. La verdad es que tenía un gran dominio en la representación del cuerpo femenino. Algunas de sus obras orientales son muy conocidas, como por ejemplo El Baño Turco o bien La Gran Odalisca que recuerda La Venus del Espejo realizada por Diego Velázquez. Su concepto del desnudo será de gran influencia posterior, sobre todo en algunos movimientos de vanguardia a principios del siglo XX, como por ejemplo en Picasso y las posiciones de los brazos que adoptan las mujeres en Las Señoritas de Avignon, el primer cuadro cubista de la historia del arte.
Por último pero no menos importante, tenemos los retratos realizados por el artista. No es que se sintiera muy orgulloso de esta faceta. En algún momento no tuvo más remedio que aceptar los encargos ante la falta de trabajo. Lo que si es cierto es que sabe retratar como nadie a la nobleza y la alta burguesía francesa del momento, gente cercana a las esferas de poder.
Ingrés falleció en París el 14 de Enero de 1867 cuando contaba 87 años.
Napoleón en su trono imperial por Domenique Ingres |
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