Esta es una de las obras más conocidas de este artista que había nacido en Austria en el año 1862 y que desarrolla su obra en los primeros años del siglo XX. Klimt falleció en el año 1918. La obra que nos ocupa fue pintada en 1907, una fecha marcada en la historia del arte por la realización del primer cuadro cubista pintado por Picasso y que lleva por título Las Señoritas de Aviñón.
Gustav Klimt es un pintor simbolista (para ellos el mundo es un misterio por descifrar), el ornato y la decoración de sus obras así lo demuestran, aunque en muchas ocasiones se encuentra cerca del modernismo intentando dotar de movimiento y lineas curvas a muchos de sus trabajos, podemos decir que el artista se encuentra a caballo entre los dos estilos.
Si llama la atención la utilización en muchas de sus obras de pan de oro, que le dan ese color tan característico, su padre fue grabador de oro, así que es algo que había visto en su casa desde niño y que comienza a incorporar a sus obras desde el año 1900. Este brillo recuerda las obras del siglo XIV y Xv donde el uso del pan de oro era habitual en muchas pinturas. Hay quien dice que el uso de este material comenzó en su obra tras un viaje realizado a Italia donde pudo contemplar una serie de mosaicos bizantinos y partir de ese momento comenzó a incorporar este material en su trabajo.
El beso da impresión de representar a una pareja de amantes dentro de una habitación, pero nos quedan dudas porque Klimt, al igual que otros pintores de la época, elimina la tercera dimensión y parece que el fondo está adelantado al primer plano, confundiéndose la pared del fondo con los amantes en primer plano. Por eso nos hace dudar si es una escena de interior o bien el lugar donde están apoyados besándose es el cesped de un campo cualquiera, cargado de flores de colores rojos y amarillos. Otros artistas como Degas, Cezanne o el mismo Picasso trataban de eliminar en el mismo momento la tercera dimensión de sus obras.
Los ropajes son de los mas curioso y trabajado, mientras la mujer parece llevar un vestido con decoraciones de flores que parecen incluso prolongarse por la zona donde apoya sus rodillas, el hombre lleva una túnica decorada con rectángulos de color negro.
La obra, pese a que en ocasiones Klimt fue criticado por la temática lasciva de sus trabajos, se vendió rápidamente, actualmente puede contemplarse en la Galería Belvedere de Viena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario