Algunas veces las representaciones de algunas pinturas son fruto de la tradición mas que lo que realmente sucedió según los escritos que conservamos relativos al momento concreto. Ya hemos trabajado con algún ejemplo de este tipo, como por ejemplo cuando nos referimos a la muerte de la Virgen María por dormición.
Pero hoy nos ocupamos de un tema del antiguo testamento, concretamente de uno de sus libros mas antiguos, el Génesis, cuando todo comienza, en el momento en que Adan y Eva están viviendo todavía en el Paraiso.
Como sabemos, según indica el libro, Eva fue tentada para comer una fruta del árbol prohibido por el más astuto de los animales, la serpiente. El animal, símbolo del demonio, la convenció indicándole que si comían del árbol de la vida se les abrirían los ojos y serían como dioses, que era lo que el Creador trataba de evitar.
Eva comió y también le ofreció a su marido (un detalle curioso porque se culpa a la mujer de los males que existen en la tierra, algo parecido sucede en la mitología griega y la caja de Pandora, ya que esta mujer al abrir la caja deja escapar todos los males que asolan el universo).
Adán al dárselo su mujer come sin preguntar, pero cuando va a tragar, de acuerdo con la tradición, como venimos diciendo, no puede tragar correctamente, se atraganta y comienza a toser, eso le provoca que la nuez empiece a sobresalir y se note cuando se le mira al cuello. Esa sería la razón de que a los hombres se le note la nuez en su cuello frente a las mujeres que no se les nota si hacemos una comparación física.
En la pintura de la Ermita de la Veracruz de Maderuelo, que se conserva en la actualidad en el Museo del Prado podemos contemplar dos escenas, una representa la creación de Adán y la otra el pecado original, que es la que tenemos en la fotografía. En ella observamos a Eva recogiendo el fruto que le ofrece la serpiente. También a Adán que al comer y atragantarse se lleva la mano a la garganta, conectando con la historia que acabamos de contar. Al mismo tiempo ambos al comer del fruto prohibido se dan cuenta de que se encuentran desnudos y sienten vergüenza por lo que tratan de taparse con unas hojas de parra, como también podemos comprobar tras esos desnudos realizados de forma bastante tosca y de acuerdo con los cánones estéticos medievales, donde lo importante no son las figuras sino el mensaje que trata de enviarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario