Vermeer de Delf es uno de los pintores más conocidos de época barroca. Su obra se centra en pleno periodo barroco, ya que, aunque su fecha de nacimiento es incierta podemos fijarla a principios de los años 30 para fallecer en el año 1675.
No es que sea un pintor de obra extensa, si analizamos la biografía de Vermmer de Delf, veremos que realizó no mas de un treintena de obras. Su proceso de creación era bastante lento, recordaba lo que hace el pintor hiperrealista Antonio López con sus obras, en algunos casas pintaba solo 2 cuadros al año, bastante poco si quería vivir de la pintura pese a que era un pintor considerado en su época. Como tuvo una familia extensa se supone que para poder alimentar a los 15 hijos que tuvo con su mujer debió realizar algún otro tipo de trabajo, que podía incluir ayudar a su madre en las labores de la tasca que tenía en la ciudad de Delft.
Vermmer pintó varios cuadros en los que representaba mujeres en labores cotidianas, no solamente este que analizamos hoy, sino otros en los cuales aparecen en diferentes actitudes, por ejemplo leyendo una carta o bien utilizando el retrato como ocurre con una de sus obras más conocidas que dió lugar a una película protagonizada por Scarlet Johansson, nos referimos a La Joven de la Perla, una joven de gran belleza, aunque desconocemos a quien corresponde el retrato.
Muchas de las obras de Vermmer tienen lugar en el interior de una vivienda, donde al igual que esta obra podemos apreciar una ventana que ilumina el interior de la habitación y donde la figura humana se coloca entre una mesa o diferentes objetos y una pared al fondo que nos ayuda a crear profundidad. Dicha pared siempre es de color blanco y como vemos algunos objetos, como puede ser una cesta nos ayudan a crear esa sensación de profundidad que pretende transmitir al cuadro o bien la fiel representación de los azulejos que podemos admirar en la parte inferior de dicha pared.
Esta idea de representar actividades cotidianas lejos de la idealización y temática de otros tipos de pintura afecta por igual a la pintura holandesa y a la pintura española del siglo XVII, donde la representación de lo popular toma un protagonismo importante en la obra de grandes creadores como Diego Velázquez o José de Ribera.
Así lo podemos apreciar en esta mujer que se encuentra vertiendo leche en un cuenco , quizás ni siquiera es la dueña de la casa sino una criada que se encarga de las labores de la misma.
Uno de los aspectos que más llama la atención de Vermmer es su prodigiosa utilización del color que tanto llegó a admirar no solo a sus contemporáneos sino a artistas posterior como puede ser el caso de Vicent Van Gogh.
Al igual que ocurre con los pintores españoles el bodegón o naturaleza muerta, es decir los objetos que aparecen tanto encima de la mesa como colgados en la pared, juegan un papel muy importante en la pintura. Están tratados con todo detalle, siendo una parte principal en la obra. Decimos que estos objetos están realizados con un realismo casi fotográfico.
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