Esta
obra del arquitecto Antonio Gaudí comenzada a principios del siglo XX está
concluyendo sus trabajos actualmente mostrándose como uno de los edificios más
modernos, incluso después de los 100 años que han pasado desde que comenzó su
construcción.
Si
estudiamos la biografía de Antonio Gaudí vemos que era una persona muy católica
y la influencia religiosa se nota en la mayoría de sus edificios, pese a no ser
edificios religiosos como el que nos ocupa.
En la planta de la Basílica de la Sagrada
Familia, que tiene forma de cruz, se aprecian claramente estas influencias
religiosas. El edificio tiene tres
fachadas, cada una de ellas dedicada a un episodio de la vida de Jesucristo.
La primera que se realizó y que fue la única que Gaudí vio concluida esta
dedicada al nacimiento y la infancia de Jesucristo. La segunda que se realizó
adornada con esculturas de José María
Subirats está dedicada a la pasión y muerte de Jesucristo. Por su parte la
tercera que está por concluir esta dedicada a la Resurrección y Gloria de
Jesucristo.
Cada una de estas fachadas está rematada
por cuatro torres, en una de ellas vivía Gaudí y bajaba
diariamente para dirigir las obras, cuatro torres por tres fachadas nos da una
total de 12 torres, el mismo número que
los apóstoles, por lo que cada torre esta dedicada a los compañeros de
Jesús.
En
la cabecera hay proyectada una torre de
unos 140 metros que está dedicada a la Virgen María y justo en la
intersección de las naves y el crucero otra torre de unos 170 metros dedicada a Jesucristo y acompañada por cuatro
torres algo más pequeñas que simbolizan cada una a los evangelistas.
Como
vemos todo tiene una conexión religiosa, pero si accedemos al interior podremos
ver algunas de las principales características del modernismo por ejemplo como se integran arquitectura y naturaleza, llegando a la imitación
en unos pilares que semejan troncos y ramas de un árbol que va creciendo para
sujetar las bóvedas ovales con las que se cubre el interior.
La Basílica de la Sagrada Familia es
un proyecto neogótico pero Antonio Gaudí es capaz de superar este proyecto
inicial para transformarlo en un edificio tremendamente original, diferente de
cualquier otra cosa vista hasta el momento y como decimos muy moderno pese al
tiempo transcurrido desde que se proyectó.
Acceder
al interior es caro, la que el precio de
la entrada a la Sagrada Familia es de 14,80 euros que llegan hasta los
19,30 euros en caso de estar acompañados por un guía o una audioguía o si
queremos subir a alguna de las torres del edificio.
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