miércoles, 8 de febrero de 2012

Acercándonos al pintor Antoni Tapies para niños

El fallecimiento del pintor Antonio Tapies deja un profundo vacío en la vanguardia artística española de después de la posguerra.
Hay dos características principales en la obra de Tapies con las que podemos acercarnos con los niños: la materia y los símbolos.


Para estudiar los símbolos quizás debamos retrotraernos a las pinturas realizadas en la cuevas primitivas donde aquellos primeros humanos representaban sus miedos y obsesiones. En ocasiones lo hacían con formas animales que podemos reconocer. Pero otras muchas incluían símbolos más complejos a nuestra compresión y sobre los cuales solo podemos especular. Aquí es donde se abandona la certeza para adentrarnos en un universo más filosófico e incluso religioso, asociado a unas creencias que desconocemos por completo y sobre las que se especula: fertilidad, agua, sol, camino, seguridad. Son códigos que escapan a nuestro lenguaje, ya que el artista en su acto de crear ha introducido sus propias reglas ajenas a nuestros conocimientos y formas de proceder. La lectura, por tanto, se vuelve particular, casi individual.

Todas estas palabras también son aplicables a los símbolos que incluyen las pinturas de Antonio Tapies, que nos llevan a un ámbito espiritual. Una escalera nos indica una ascensión natural, una cruz, unas líneas de color, palabras...
Todo ello aludiendo a un lenguaje metafísico, donde forma y contenido se dan la mano, se funden como elementos generadores de vida y de ideas. Magia y religión se encuentran con la técnica y la materia, la arena, la arpillera o simples elementos de uso cotidiano, que ayudan a una profunda reflexión sobre distintos aspectos de nuestra vida y otras vidas paralelas.

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