domingo, 9 de octubre de 2016

El síndrome de Erostrato en la sociedad actual

Dicen que Erostrato, un pastor que vivía en la ciudad de Efeso, prendió fuego al templo de Artemisa en aquella ciudad (una de las siete maravillas del mundo) en el 356 a.c. con la idea de pasar a la posteridad logrando fama a cualquier precio y sin lugar a dudas, lo consiguió, ya que estamos escribiendo sobre él en este momento.


Su acción ha llevado a algunos estudiosos de la psicología a denominar con su nombre a un síndrome del que no se nombra demasiado su origen, pero que día a día se repite en la actualidad, potenciado por el eco mediático de los canales de información y comunicación.
Claro que existe una diferencia entre el acto de Erostrato y aquellos que pretenden obtener una fama efímera en la actualidad. Podemos decir que actualmente las noticias duran más bien poco siendo comentadas por la gente, vivimos una época en que unas noticias sustituyen a otras con gran facilidad, durando un tema de conversación poco más de dos días, porque la cámara ha girado hacia otro lugar y el que fue de aquello no encuentra una respuesta, ya pasó de moda. Así que es cierto, este tipo de energúmenos antisociales buscan gloria y fama, sobre todo en televisión, pero ya no somos capaces de recordar ninguno de sus nombres. Todo queda en simples acciones, en muchos casos nos cuesta recordar hasta los hechos que han sucedido.
Ahora habría que preguntarse el papel que juegan los medios de comunicación en todo este tema y también el grado de culpabilidad que tienen al amplificar, aunque solo sea por un minuto, este tipo de noticias(1)
Vivimos en un momento en que la violencia inunda las parrillas de noticias de los medios, una violencia inherente al ser humano, que no solo se ejerce de forma física sino con otras muchas diferentes acepciones(2). Da la impresión de que los medios quieren que vivamos en una tensión continua(3), como si el instante final estuviera a punto de ocurrir. En muchas ocasiones nos plantamos ante el boletín de noticias con esa sensación, vamos a ver que ha pasado, si podemos seguir con nuestra vida o el holocausto nuclear ha estallado ya. Quizás todo sea una artimaña para así aumentar los ingresos por publicidad. Los medios descubrieron la manera de mantener al público atento, pegado, se trataba de darle su dosis recurrente de sangre y sensación de peligro e inseguridad, una manera mucho más fácil de conseguir audiencia que cambiando el tipo de noticias.

Pablo Alonso TNT

En muchos casos vivimos rodeados de situaciones inverosímiles que duran en nuestra mente un instante, el tiempo que tenemos de digerir la noticia y expulsarla de nuevo para hacer hueco a una nueva (4) que viene a sustituir a la anterior. Se trata de situaciones de violencia sin trascendencia alguna, donde se han utilizado armas de cualquier tipo, que llamarán más la atención cuanto de forma más extraña hayan sido utilizadas, porque lo siniestro nos inquieta mucho más que lo cotidiano. 
El terrorismo(5) y mucho más en su versión actual se nutre de unos medios de comunicación entregados a este tipo de situaciones manejadas perfectamente por los que saben que cuentan con un altavoz permanente para estas noticias cada vez mas descabelladas.
Tenemos miles de Erostratos pululando por el mundo, no conocemos el nombre de ninguno, pero estaría bien reflexionar sobre el grado de culpabilidad que otorgan los medios a las personas que ven en ellos una oportunidad de promoción personal(6) (como hemos indicado tan efímera como un boletín de tres minutos de noticias).

(1) George Perec declaraba en 1973 que los periódicos hablan de todo excepto lo diario. La prensa me aburre, decía, no me enseña nada, lo que cuenta no me concierne, no me interroga y ya no responde a las preguntas que formulo o querría formular. Entre lo anormal, lo espectacular se produce una cultura del escándalo o de la histeria informacional. George Perec. ¿Acercamiento a que? En Lo Infraodinario. Editorial Impedimenta. Madrid 2008. Pag 22. Después de leer esta reflexión queda claro que Perec no conoció el nivel de depravación de la televisión actual.
(2) Es curioso reflexionar sobre las palabras de Sigmun Freud hablando de aquello que nos resulta extraño y cotidiano, sobre todo porque muchas escenas de violencia se han convertido en algo tan cotidiano que ya ni siquiera nos causa sorpresa. Freud decía que lo siniestro no sería algo nuevo sino más bien algo familiar a la vida psíquica que se tornó extraño mediante el proceso de su represión.
(3) "El miedo es uno de los síntomas de nuestro tiempo, el arte intenta en muchas ocasiones apartar ese miedo, el hecho de atender a las noticias ya es un signo de angustia. Todo hombre tiene miedo de la verdad". Fernando Castro Florez. Mierda y Catastrofe. Sindromes culturales del arte contemporáneo. Forcola Ediciones. Madrid 2014.
(4) Mario Perniola comentaba que Jean Baudrillard se opone a Guy Debord, este decía que vivimos en la sociedad del espectáculo mientras que el primero piensa que el espectáculo ha sido sustituido por la hiperrealidad, el espectáculo se sustituye por lo obsceno, una realidad que supera la verdadera realidad. Un mundo donde la comunicación vierte noticias carentes de acción, no sucede nada, todo está ahí sin consecuencias. Lo real absorbe, confunde los términos y potencia lo que quiere expresar y lo contrario. Mario Perniola. El futuro de una ilusión: acción artística, comunicación patafísica. Revista Archipielago nº79 Pag 39-51
(5) "El terrorismo no sería nada sin los medios de comunicación. El terrorismo busca el efecto eco en los medios que hacen que sean conocidos en todo el planeta y la gente que lo escucha podía discutir sus causas creando un efecto imitación que hace que otro las repita. Fernando Castro Florez. Arte y política en la era de la estafa global. Editorial Sendema. Madrid 2014.
(6) Como muy bien indica Fernando Castro hablando sobre el terrorismo, cuando faltan las palabras llega la descarga violenta que pone las cosas en su sitio. Fernando Castro Florez En el instante del peligro. Editorial Microgemas. Murcia 2015.

Charlie White. Patrimony. Fotografía de la serie Everything is American

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