domingo, 24 de julio de 2016

Tres momentos claves en la vida de El Greco

Domenicos Theotokopoulos es uno de los pintores mas conocidos y considerados a nivel mundial. Se trata de uno de los pintores manieristas más importantes del mundo occidental. Pero para configurar su estilo pasa por diferentes fases de aprendizaje o etapas que después se verán reflejadas en su forma de pintar.


Vamos a estudiar esos tres momentos que le marcan como pintor.
  • La estancia en Creta: se trata del origen del pintor, así que es normal que se sienta influenciado por los artistas de la zona que conviene recordar tiene un rito cristiano diferente al católico. Por tanto los iconos bizantinos serán una gran referencia. Al mismo tiempo esas caras que parecen estiradas y ovaladas en algunos casos tendrían que ver con este tipo de representaciones. Al mismo tiempo la división de las pinturas en dos zonas, una que alude al cielo y otra que alude a la tierra, tiene que ver con algunos iconos donde se aprecian este tipo de divisiones.
  • La estancia en Italia: su padre le envió a estudiar a Venecia, de la que Creta era una colonia en estos momentos, allí llegaban los tentáculos comerciales de la ciudad. Venecia como centro de referencia, también del arte y de la escuela de pintura que nos dio artistas tan importantes como Tiziano, Tintoretto o Veronés, que fueron maestros del Greco en la ciudad de los canales. Igualmente en Italia viajará hasta Roma u allí admira la pintura de Miguel Angel, sus figuras tan masivas también aparecen en los cuadros de El Greco.
  • Su vida artística en España: ya en nuestro país pasará El Greco por dos lugares de suma importancia, el primero bajo las órdenes de Felipe II en el Monasterio de El Escorial, donde realizó algunas obras, aunque parece que su estilo no encajaba muy bien con el gusto real. De allí se trasladó a Toledo donde se asienta y donde desarrolló la mayoría de los trabajos que hoy conocemos. La capital católica ofreció al pintor la oportunidad de desarrollar todo un repertorio iconográfico con un estilo personal y propio que causa sensación aún todavía, por sus colores y su manera de componer las obras o hechos que le encargaron representar al pintor.
Es muy destacable la biblioteca tan completa que poseía el pintor, con todo tipo de libros y materias, unas cantidad de volúmenes considerables para un artista en esa época.



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