domingo, 13 de septiembre de 2015

Los arrepentimientos de Diego Velázquez

Velázquez es uno de los grandes genios de la pintura, quizás uno de los mas grandes que ha dado España a lo largo de los siglos. Su manera de pintar, sus obsesiones y alguno de los avances que provoca en la pintura de su tiempo le convierten en un aventajado respecto a otros artistas tanto de su mismo tiempo, como posteriores a él.


Pero nadie es perfecto y como humano Velázquez también cometía errores cuando pintaba. Cuando cometía un error, bien de proporción o de distancia en vez de dejarlo como estaba lo corregía borrando o tapando con pigmentos la parte que no le interesaba y pintando la nueva parte al lado. En un primer momento nadie se daba cuenta, entre otras cosas porque la pintura estaba muy reciente, pero con el paso de los años algunos de los pigmentos aplicados se han perdido y han salido a la luz estas correcciones que pueden apreciarse perfectamente.
Una de las ventajas de Velázquez respecto a otros artistas es que las obras que fueron pintadas por él no se vendieron ni se trasladaron a otros lugares sino que se encontraban en su propio lugar de residencia, con ello era mucho más fácil poder darse cuenta de estos pequeños errores y ponerse a trabajar sobre ellos.
Y es que ponerse a pintar no es tan fácil como parece. Hay que tener una perfecta idea de la proporción, tanto en personas, animales o en paisaje. Me viene a la cabeza imágenes del maestro sevillano de Velázquez, Francisco Pacheco, cuya idea de la proporción estaba completamente distorsionada, pintando por ejemplo objetos excesivamente pequeños para su distancia respecto al primer plano. Zurbarán también cometía este tipo de errores.
Vamos a ver algunos de estos ejemplos de los arrepentimientos de Velázquez: 


Como podemos apreciar tanto en el original como en el detalle, este caballo en su parte trasera da impresión de tener una pata de mas.


En este retrato de Felipe IV como cazador si nos fijamos tanto en el brazo como en la pierna se nota perfectamente que la posición del monarca ha sido corregida


La calabaza que aparece en la parte derecha del cuadro ha sido pintada de nueva, quizás la posición inicial de la primera no le convencía del todo.


En esta representación del bufón Diego de Acedo se nota que no tuvo otro sitio donde limpiar los pinceles después de utilizar el negro que en la parte trasera del cuadro, luego lo cubrió con un paisaje, pero, como hemos dicho, el desgaste de los pigmentos han hecho volver a aparecer estas manchas negras sobre el paisaje de montañas posterior.

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