Soledad Lorenzo es una de las galeristas que ha marcado los últimos 35 años del arte contemporáneo español y una de las pioneras en el coleccionismo artístico tanto particular como institucional en este país. Quizás sea junto a Juana de Aizpuru y Helga de Alvear las tres personas más representativas del mundillo artístico, siendo sus galerías las más importantes del país y representando a los mejores artistas que a este nivel ha dado el país en esos últimos 35 años.
Tristemente para todos Soledad Lorenzo decidió cerrar su galería en Diciembre de 2012, ya mayor, ahora mismo tiene 73 años, no pensaba que hubiera nadie capaz de continuar con su proyecto y además su cierre coincide con un momento en el cual la crisis económica hace que el arte contemporáneo este sufriendo especialmente por la falta de dinero institucional y también por la falta de otro tipo de dinero que antes se destinaba alegremente a este tipo de compras pero que se vió parado por la crisis.
Soledad Lorenzo era una autentica galerista marca, recuerdo que realizó por primera vez una exposición de una artista taiwanesa afincada en Londres llamada Suling Wang, representada por una de las galerías más importantes de la capital inglesa, Victoria Miró. No hicieron falta más que unas cuantas llamadas para que toda la exposición estuviera vendida antes casi de la apertura, allí se `presentaron varios empresarios dedicados al mundo de la construcción a los cuales no les importó pagar precios cercanos a los 26.000 euros por las obras de una artista a la que posiblemente ni siquiera conocían ni sabían lo que pintaba, los cuadros eran muy coloristas aunque quizás le faltaba algo de justificación conceptual, pero Soledad Lorenzo les había llamado y era razón suficiente para incrementar sus incipientes colecciones o bien para dar salida a algún dinero que tenían que sacar de alguna manera.
Una de las obras de la artista tiwanesa Suling Wang |
Soledad Lorenzo siempre fue muy amable, un comportamiento exquisito con otros galeristas, coleccionistas, comisarios, críticos, consciente de su poder no exigía sino que sugería en conversaciones que podían durar un tiempo eterno y entre una maraña de cuestiones se encontraban aquellas que la galerista quería que se hicieran defendiendo por supuesto lo suyo, como debe ser, porque no nos olvidemos que un galerista defiende un negocio y está en ello para ganar dinero en primer lugar y luego si quieres para indicar el camino que debe seguir el arte contemporáneo y la promoción cultural.
Así que exponer en Soledad Lorenzo se convirtió en el culmen para cualquier artista español (lo siento por Sinaga que ni siquiera con los apoyos de sus amigos fue capaz de exponer allí), era como llegar a la cumbre del arte. Recuerdo el día en que nos enteramos que el fotógrafo Ángel Marcos había recibido la llamada para exponer en la galería, hablando con él era lo máximo a lo que podía aspirar tras varias exposiciones en alguno de los museos de más renombre en la España del momento (muchos de ellos hoy desaparecidos o transformados en la sombra de lo que fueron). Aunque sabemos que los artistas son insaciables esta llamada suponía estar en lo más alto, aunque fuera solo por un mes y medio, junto con la garantía de venta asegurada de todas las obras presentadas, aunque la galerista se quedara un porcentaje mayor que el 50/50 habitual en este tipo de transacción, vale más como plataforma que como negocio.
Tras su retiro Soledad Lorenzo ha montado un par de exposiciones con parte de su colección particular que suponemos maravillosa con los artistas que ha tenido trato o han pertenecido a la galería. Sin duda una persona a tener en cuenta, aunque retirada sigue marcando estilo y siendo una de las grandes damas del arte contemporáneo español.
Imagen de la serie China del fotógrafo Ángel Marcos |
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