Este cuadro pertenece a una serie que el artista realizó dedicada a los sentidos al poco tiempo de llegar a Italia desde su Xativa natal.
Se nota una influencia muy grande los los maestros del claroscuro, sobre todo de Caravaggio,sobre todo en el foco de luz que ilumina desde el lado izquierdo, dejando partes del cuadro completamente oscurecidas.
Ya hemos hablado de que José de Ribera se muestra algo desagradable en algunos de sus cuadros, así pudimos observarlo en obras como La Mujer Barbuda que ya hemos estudiado en este blog.
Podía Ribebra para representar el sentido del olfato a un hombre o una mujer oliendo un perfume o una flor, pero no, para el olfato como vemos elige un hombre que esta oliendo una cebolla y que tiene apoyada en su mesa otra cebolla y también un ajo, que no se caracterizan por su agradable olor.
De hecho la cebolla que tiene abierta en sus manos, si observamos la cara del personaje nos daremos cuenta que le provoca tener los ojos llorosos debido a la reacción después de abrir o cortar una cebolla.
Otro dato interesante es el realismo con el que el artista pinta el cuadro, escogiendo para ello personajes populares. Tan popular es el personaje que escoge un mendigo de la calle, que se puede apreciar perfectamente en la manga de la camisa completamente rota y llena de jirones, al igual que el sombrero que lleva el personaje.
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